Los astrónomos han determinado que la estrella roja supergigante WOH G64 pesa casi la mitad de lo que se creía hasta ahora, resolviendo de ese modo el misterio de su existencia. Este descubrimiento, realizado gracias a las observaciones del telescopio VLT (Very Large Telescope) de la Organización Europea de Investigación Astronómica en el Hemisferio Sur (ESO), supone revelar por primera vez las características de un estrella concreta de una galaxia próxima.
La NASA acaba de anunciar que extenderá durante dos años más la misión de la sonda internacional Cassini-Huygens, cuyo fin estaba previsto para junio de 2008. El objetivo, seguir estudiando el planeta Saturno y sus satélites naturales. La sonda espacial fue lanzada hace más de diez años y, después de entrar en órbita en 2004, transmite cerca de 140.000 imágenes del planeta y de sus ‘lunas’.
Un investigador de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha participado en un proyecto de la NASA en el que se han podido fotografiar grupos de estrellas en proceso de formación en la parte más exterior de una galaxia cercana conocida como el Molinillo Austral. Hasta ahora, sin embargo, se creía que en estas regiones desoladas no habría estrellas jóvenes, ya que no se daban las condiciones adecuadas para ello. La investigación de estos astros surgidos en la orilla de la nada puede aportar las claves para saber cómo surgieron las primeras estrellas al comienzo de la historia del universo
Mechtild Rothe, actual vicepresidenta del Parlamento Europeo ha destacado durante su visita al Instituto de Astrofísica de Canarias el valor de la luz de las estrellas como patrimonio universal, y ha elogiado la campaña Starlight, una iniciativa internacional que defiende el uso de energías renovables como método eficaz para preservar de una polución agresiva la calidad del firmamento.
Un equipo liderado por el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Josep María Trigo ha descubierto, tras más de seis años de estudio, que el cometa periódico 29P/Schwassmann-Wachmann 1 [Ubicado entre Júpiter y Saturno y con una órbita casi circular alrededor del Sol], sufre de media siete estallidos anuales, más del doble de lo que se pensaba. Los investigadores señalan que el origen de las explosiones podría ser la fractura de pequeñas regiones de la superficie del cometa, como consecuencia de un progresivo proceso de cambio de fase en los hielos, producido por la radiación solar. Las conclusiones aparecen publicadas en Astronomy & Astrophysics.