Dorothy Hodgkin / Luis Demano
Un equipo de investigadores de la Universidad de Barcelona (UB) ha descubierto restos de azul egipcio en el retablo románico de la iglesia de Sant Pere de Terrassa (Barcelona). Este pigmento azul se usó desde el antiguo Egipto hasta finales del Imperio Romano, pero desde entonces se dejó de sintetizar. ¿Cómo aparece entonces en una iglesia del siglo XII?
Sección estratigráfica del azul egipcio.
El equipo de investigación del Scripps Research Institute de California (EE UU) acaba de brindar una nueva comprensión de las células madre con un estudio bioquímico que hoy publica la revista Nature Chemical Biology y cuyo primer autor es el español Óscar Yanes. Los descubrimientos servirán para mejorar la capacidad de los científicos de manipular las células y abrir el camino a nuevas terapias de curación.
Las células madre (las “pelotitas” de colores de la izquierda del gráfico) se caracterizan por tener muchos metabolitos con estructuras químicamente insaturadas. Mediante procesos oxidativos (el O2 del gráfico se refiere a oxigeno), estas estructuras insaturadas se transforman en otros metabolitos que promueven o facilitan el proceso de diferenciación hacia células adultas maduras (derecha del gráfico).
Un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Madrid y la Universidad de East Anglia (Reino Unido) ha identificado la pieza final del puzzle de cómo se produce el fitato, un depósito natural de fosfato que se acumula en algunas partes de las plantas. El descubrimiento, que hoy publica PNAS, tiene importantes repercusiones en la industria agropecuaria, el medio ambiente y la salud del hombre, porque esta sustancia puede actuar como un elemento contaminante.
Investigadores del Grupo de Sensores y Especiación Metálica (GISEM) del Departamento de Química Analítica y Análisis Instrumental de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), han desarrollado una lengua electrónica para la determinación simultánea de metales pesados.
Un equipo dirigido por el químico Song Jin de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE UU) ha demostrado que un simple defecto de la red cristalina, conocido como “dislocación helicoidal o de tornillo”, guía la formación de nanotubos huecos de óxido de zinc de tan sólo unas pocas millonésimas de centímetro de espesor. Las conclusiones aparecen hoy la revista Science.
Al haber ampliado la teoría para explicar cómo se forman estas diminutas estructuras, los científicos deberían ser capaces ahora de desarrollar nuevos métodos para producir objetos de tamaño nanométrico.