Desde 2008, Silvia Sánchez González, decana de la Facultad de Odontología, ha centrado su actividad investigadora en el estudio de las acciones e interacciones de los fármacos analgésicos y antiinflamatorios, tanto en la vertiente preclínica como en la clínica. Ha explorado el mundo de las teorías precientíficas y las creencias erróneas en farmacología de los estudiantes de ciencias de la salud, un esfuerzo dirigido a la elaboración de materiales docentes y al diseño de recursos metodológicos para la transición al espacio europeo de educación superior y para el aprendizaje autónomo de calidad.
Algunas patologías bucales pueden ser indicadoras de enfermedades más graves que afecten a la salud global del paciente. ¿Qué competencias profesionales debe tener el odontólogo para dar respuesta a los retos en salud bucodental del siglo xxi?
El profesional de la odontología debe ser capaz de detectar las patologías que se presentan en la boca, tratar las manifestaciones en la cavidad oral y prevenir que se desarrollen para evitar efectos aún más graves. Además, a los conocimientos técnicos y las competencias clínicas que se adquieren en la Facultad, deberían también añadirse otras aptitudes importantes: profesionalidad y ética, buenas capacidades de relación y de trabajo en equipo con otros profesionales sanitarios, capacidad de comunicación con el paciente y la familia, pensamiento crítico y buena disposición para la necesaria formación continua.
Las nuevas tecnologías y el progreso en áreas como la genómica humana pueden llegar a transformar la práctica dental. ¿Los nuevos planes de estudios tienen en cuenta estos contenidos tan innovadores? Sí, tanto en el desarrollo de nuevos materiales como en la aplicación de las nuevas tecnologías en el diagnóstico de las patologías orales. En cuanto a las nuevas tecnologías, incluimos los nuevos materiales de aplicación en odontología, que se tratan en una asignatura específica de nuestros planes de estudios, tanto de licenciatura como de grado. Es importante remarcar que en el plan de estudios de grado hemos introducido esta asignatura en el primer curso, lo cual quiere decir que desde el inicio de los estudios universitarios los alumnos ya están en contacto con los materiales odontológicos. Respecto a las otras nuevas tecnologías, las que tienen más impacto en la actividad profesional del odontólogo son las de diagnóstico por imagen. Ahora bien, también son las más difíciles de incorporar en el entorno universitario: son equipamientos más caros y exigen más recursos económicos. En lo referente a la genómica, cabe destacar su incidencia en el desarrollo de las caries, la enfermedad periodontal, el cáncer oral y las alteraciones craneofaciales y dentales.
¿El futuro profesional del odontólogo está determinado por el elevado grado de especialización profesional?
En parte sí, por el gran número de tratamientos complejos que solicita actualmente el paciente. En nuestro entorno, el dentista se ocupa de un amplio abanico de intervenciones: desde tratamientos preventivos hasta los que son más complejos y requieren un elevado grado de especialización; por ejemplo, las reconstrucciones estéticas. Con todo, no podemos dejar a un lado una cuestión: en nuestro país, aún no hay especialidades oficiales en odontología. Lo que hay son diferentes áreas como la ortodoncia, la periodoncia, etc. En la Facultad de Odontología de la UB, la formación más especializada se cubre con los másteres propios, y tenemos una oferta muy amplia, que incluye el máster interuniversitario europeo Láser en Odontología. Sin embargo, siempre seguirá haciendo falta lo que podríamos denominar odontólogo o dentista de cabecera.
Si se hace un análisis del mercado de trabajo, ¿tiene el sector odontoestomatológico unos buenos indicadores de proyección laboral?
Hay que ser muy realistas hoy en día. El número de nuevos licenciados ha aumentado mucho en los últimos años y los indicadores actuales no son tan buenos. Esto tiene una explicación: la profesión de odontólogo proviene de la antigua especialidad de estomatólogo. Eran estos médicos los que tenían competencias en el tratamiento de las enfermedades de la boca y los tejidos anexos. En España, históricamente, sólo había una escuela de formación en estomatología en Madrid y después se creó otra en Barcelona. El número de escuelas creció con el tiempo, así como el de médicos estomatólogos. Con la entrada de España en la Unión Europea, se introdujo el título de Odontología y se abrieron las primeras facultades de odontología. El número de odontólogos creció de manera exponencial y, en la práctica profesional, estomatólogos y odontólogos empezaron a compartir la atención de la salud bucodental de la población. Por otra parte, durante los años ochenta y noventa, llegaron muchos profesionales de Sudamérica, otro factor que hizo subir el número de titulados. En la actualidad, debemos añadir también las promociones de las universidades privadas, por lo que el número de titulados en el mercado es bastante elevado. A diferencia de otros estudios, el perfil profesional del experto en odontología es muy delimitado, más marcado que si lo comparamos con otros profesionales del mundo de la sanidad que pueden dedicarse a otras ramas, como la gestión sanitaria, los análisis clínicos, etc.
¿Cuál es el compromiso de la Facultad con el mundo de la investigación básica y clínica en odontología?
Nuestro compromiso es total. Desde el Decanato, hace años que ofrecemos ayudas a la investigación para potenciar y ayudar a algunos de los grupos de investigación de la Facultad que, por diversas razones, no pueden solicitar ayudas en convocatorias gubernamentales ordinarias. De este modo, podemos potenciar sobre todo la parte de la investigación clínica e intentamos fomentar al máximo la colaboración entre investigación básica y clínica. Tampoco podemos olvidar que en nuestra Facultad, desde el punto de vista administrativo, sólo hay un departamento, el de Odontoestomatología, y por eso nuestro modelo es diferente del de otras facultades con varios departamentos. Ahora bien, en todas las actividades de investigación y de docencia colaboran profesores de otros departamentos, como es mi caso, que estoy adscrita al Departamento de Patología y Terapéutica Experimental, de la Facultad de Medicina. Además, tenemos un comité ético de investigación clínica en la Clínica Odontológica de la UB, del que formo parte en calidad de farmacéutica. Este comité evalúa los protocolos de los estudios clínicos llevados a cabo con pacientes de la Clínica Odontológica para garantizar que se respetan todas las normas y regulaciones éticas de la investigación.
¿La salud bucodental debería tener un lugar más destacado en el contexto de globalización de la salud?
Si entendemos por globalización lo referente a la cobertura de la sanidad pública, es obvio que sería necesario que la salud oral tuviera un lugar más destacado. Esto vale tanto para el paciente sin patologías previas como para los que están afectados por otras enfermedades asociadas (como el cáncer) o para los que siguen un tratamiento con medicamentos de riesgo (los enfermos inmunodeprimidos, entre otros). En un contexto más general, si bien es cierto que hay una cierta diversidad a escala social, en nuestro entorno la salud bucodental está bien integrada. De hecho, una parte de la población ya es lo suficientemente consciente de la repercusión beneficiosa de la salud bucodental en su calidad de vida. La mayoría de los ciudadanos piensan que es un elemento importante de la salud y practican hábitos saludables, suelen hacerse revisiones periódicas, y se hace hincapié en la atención a niños y jóvenes, con campañas escolares sobre los hábitos del cepillado, etc. Otra cuestión son los colectivos con menos recursos económicos, que tienen más dificultades para acceder al tratamiento odontológico, dado que nuestro sistema público de sanidad no cubre muchos de los tratamientos necesarios. Es aquí donde también quisiera remarcar un compromiso adquirido por el equipo decanal de nuestra Facultad: transmitir a nuestro alumnado la necesidad de colaborar con los más desfavorecidos socialmente. En la Facultad tenemos el ejemplo de profesores y alumnos que colaboran de manera solidaria con la Fundación Vicente Ferrer en la India, y pensamos que es una actitud que hay que promover entre los alumnos. Es primordial que sepamos transmitir a la sociedad la importancia de una buena salud bucodental.
¿Cuáles son los aspectos que están cambiando más en la consulta dental? ¿Cómo transforma el mundo de la tecnología la práctica dental?
Hay muchos aspectos que están cambiando en la consulta dental. Por ejemplo, sólo hay que comparar la estructura de las consultas odontológicas de antes y las de ahora. En la consulta del dentista de hace años, lo más frecuente era encontrar a un único profesional, es decir, a un único dentista, con su equipo de higienista dental, auxiliar, etc. Este modelo de consulta odontológica tiende a desaparecer y, hoy por hoy, no es un modelo real para los alumnos. En las consultas actuales encontramos diferentes profesionales: el que se dedica a la periodoncia, el que hace ortodoncia u odontología restauradora, etc. Otra cuestión son los avances tecnológicos que implican una formación permanente: en este ámbito, las clínicas de estructura más compleja son las que tendrán más facilidad para incorporar las últimas novedades. Lo que sí es evidente es el cambio en el perfil del paciente, lo cual se repite en todo el ámbito sanitario. Hoy en día, cuando el paciente entra por la puerta de la consulta, bien sea del odontólogo o de cualquier otro profesional de la salud, se ha informado previamente, ha realizado una búsqueda por Internet y plantea una serie de retos a los profesionales que años atrás era imposible imaginar. En definitiva, esta actitud puede dificultar la tarea profesional del experto, pero probablemente no es un cambio del todo negativo, ya que antes era como si el profesional de la salud dictara su mandato y el paciente tuviera más bien un papel pasivo, sin participar en el tratamiento ni en la evolución de la enfermedad.
¿Cuál es el papel de la Clínica Odontológica Universitaria en la enseñanza odontológica de la UB?
La Clínica Odontológica Universitaria tiene un papel fundamental: sin la Clínica no podríamos formar a nuestros alumnos. Es el espacio donde los estudiantes adquieren todas las competencias clínicas y profesionalizadoras que necesitan para el mundo laboral. En este punto, quisiera exponer una situación que sólo se da en la Facultad de Odontología: antes de finalizar la etapa de formación, los estudiantes de Odontología trabajan directamente con los pacientes; eso sí, siempre bajo la cuidadosa supervisión del profesorado. Por tanto, los alumnos, a diferencia de los de Medicina, cuando acaban la licenciatura o el grado no tienen otra etapa de formación práctica obligatoria.
¿Cuáles son los principales retos que se ha marcado como decana?
Uno de los retos del equipo decanal ha sido la adaptación al espacio europeo de enseñanza superior, y quizá nuestro camino encuentra menos dificultades porque contamos con una cierta ventaja: en las materias de la parte clínica y de los últimos cursos hay un fuerte componente de docencia y de aprendizaje práctico. Además, nosotros ya seguíamos el modelo de evaluación continua en relación con las competencias clínicas y el trabajo más autónomo de los alumnos. El segundo reto es intentar impulsar y reforzar al máximo la investigación y, más recientemente, nos ha surgido otro desafío: la concesión del nuevo campus de excelencia con el proyecto de Campus de la Salud de la Universidad de Barcelona (HUBc),que incluye nuestra Facultad. En este nuevo reto, debemos decidir cómo y de qué manera podemos contribuir a que la Facultad de Odontología de la UB siga siendo una de las líderes del Estado.