MARÍA NEIRA, DIRECTORA DEL DEPARTAMENTO DE SALUD PÚBLICA Y MEDIO AMBIENTE DE LA OMS

"El 25% de las enfermedades y muertes tienen que ver con factores ambientales"

Según María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su sede de Ginebra (Suiza), las políticas en cuestiones de salud y medio ambiente deben unirse para afrontar millones de muertes al año en todo el mundo. La declaración de Parma que se firmará el 12 de marzo en la V Conferencia Ministerial sobre Medio Ambiente y Salud en Parma (Italia) dará las claves para mejorar las medidas que aseguren el bienestar humano en Europa.

"El 25% de las enfermedades y muertes tienen que ver con factores ambientales"
María Neira en la V Conferencia Ministerial sobre Medio Ambiente y Salud que se celebra en Parma (Italia). Foto: SINC.

¿Qué se espera de la conferencia que se celebra estos días en Italia?

Este proceso empezó hace varios años e intentó mostrar la importancia de la alianza entre salud y medio ambiente, sobre todo para proteger a los niños. Hoy tiene un deseo especial que es mantener el interés político de los gobiernos y la sociedad civil en las agendas de salud y medio ambiente, y avanzar en esos puntos en los que no se pudo antes, por ejemplo, sobre la calidad del agua y el saneamiento que, aunque estemos en Europa (la OMS va más allá de la Unión Europea e incluye a países del Este), son cuestiones que son todavía un desafío. Pero también hay que mejorar en cuestiones como la calidad del aire y las condiciones atmosféricas, y tenemos que movernos en las cuestiones de cambio climático y salud.

¿Se ha avanzado lo suficiente durante los últimos 20 años, cuando se celebró la primera conferencia ministerial?

No cabe ninguna duda de que ha habido muchos avances. Nuestras ciudades en Europa ya no son las ciudades industrializadas en las que respirábamos hollines y nos parecía algo incluso normal para el desarrollo industrial y económico. Sin embargo, todavía existen muchas desigualdades. Hay países en los que la cuestión de higiene o de saneamiento –con enfermedades diarreicas ligadas a la calidad del agua- sigue presente. Y tenemos otro gran reto relacionado con el ambiente físico y construido en el que vivimos, y vinculado a las enfermedades crónicas, como la obesidad por ejemplo. Nuestro ambiente urbano es un ambiente que favorece el sedentarismo; por lo tanto una planificación urbana que piense en la salud puede hacer que el sedentarismo, la obesidad, la diabetes, y las enfermedades crónicas disminuyan. Con un aire un poco más limpio con políticas de transporte público también conseguiríamos reducir los casos de asma. Sin duda, las enfermedades crónicas son uno de los mayores desafíos de la Unión Europea en estos momentos.

¿Qué otros riesgos ambientales existen además de las enfermedades crónicas?

Está claro que las enfermedades crónicas no transmisibles representan ahora mismo uno de los retos más importantes en los ministerios de salud, primero porque son una gran carga de morbi-mortalidad, y segundo porque representan una carga económica impresionante. Siendo enfermedades crónicas, el tratamiento es a muy largo plazo y los sistemas de salud tienen aquí un gran desafío para sostener su coste. Ahora que podemos vivir más, la cuestión es vivir más y mejor. Todavía nos queda mucho por hacer para evitar y prevenir el contacto con sustancias químicas inadecuadas, tóxicos, y pesticidas, entre otros. En muchas cuestiones se ha avanzado de forma espectacular, pero no todos los países han avanzado con la misma velocidad, y todavía queda una parte de la agenda que no se ha cumplido.

¿Cuántas personas están afectadas por los riesgos medioambientales?

Según uno de los informes de la OMS, un 25% de las personas que enferman o que mueren cada año tiene que ver con factores ambientales. Pero nos gusta más ponerlo en positivo, es decir, podríamos prevenir cada año con intervenciones ambientales muy de sentido común, muy básicas, y no necesariamente caras, unas 13 millones de muertes en el mundo. Creo que es una cifra sobre la que hay que reflexionar. En Europa ese porcentaje baja un poco más, podemos hablar de un 15% más o menos. Esto nos hace pensar en la importancia de que los sectores de salud y medio ambiente trabajen juntos, porque dependiendo de esas políticas la salud va a tener muchas ventajas o muchas desventajas, según las decisiones que se tomen.

¿Cuál ha sido la evolución de España en este sentido?

España ha hecho grandes avances, ya no estamos en la situación de hace 20 años, cuando todavía había grandes complejos industriales dentro de la ciudad. España tiene grandes agencias de control de pesticidas y de otro tipo de sustancias químicas con las que entramos en contacto a través de los alimentos. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria evita por ejemplo ese contacto. Sin embargo, tenemos un problema de urbanización y contaminación atmosférica, un problema que compartimos con muchos países europeos, como Francia y Alemania.

Uno de los temas que más van a discutirse en este encuentro ministerial es el tema de las desigualdades socioeconómicas. ¿Cómo afecta el impacto de los riesgos medioambientales?

Hay que estar muy pendientes de estas desigualdades sobre todo en momentos de crisis como ahora. Las clases más desfavorecidas no tienen que ser en este momento tan crítico las que den un salto para atrás. Esas desigualdades sociales que tanto impacto van a tener en la salud de la gente no deben quedarse ahí. En España, el sistema de salud es uno de los más avanzados. En la clasificación de sistemas de salud, el de España sigue siendo uno de los mejores por ser gratuito y universal, dos condiciones que no todos los países pueden cumplir.

¿Cuáles son los principales riesgos medioambientales en España?

Si entendemos 'medio ambiente' desde un punto de vista muy abierto, es lo que se respira (el aire), lo que bebemos (el agua), pero también el suelo en el que nos proyectamos todos los días (la planificación urbana). Dos de los grandes desafíos en España son la contaminación atmosférica de las ciudades y la planificación de los entornos y ambientes para que no se vuelvan detonadores de enfermedad, sino promotores de salud. En las ciudades se debe poder caminar, mover, practicar un mínimo de ejercicio, y reducir la contaminación producida por los coches individuales con una buena política de transporte público. Creo que estos son retos interesantes porque no sólo representan un beneficio para el medio ambiente al disminuir la contaminación y contribuir a la lucha contra el cambio climático, sino también son ambientes generadores de salud para las personas.

¿Qué países europeos tienen mayores problemas para afrontar estos factores ambientales?

Depende, porque en los países del Este de Europa, que se han incorporado hace relativamente poco tiempo a un desarrollo económico y social más intenso, aún no hay acceso al agua potable. El primer objetivo para que los países puedan avanzar es que todaos su ciudadanía tenga acceso al agua potable. El saneamiento, como la gestión de basuras, que comporta cuestiones higiénicas, sigue siendo también una asignatura pendiente.

¿Qué avances aportará la declaración que se firmará el 12 de marzo?

No sabría decirte ahora mismo, pero está claro que es un momento crítico para avanzar en esta agenda, mantener el interés en que los países más ricos avancen en cuestiones de contaminación atmosférica, de reducción de gases de efecto invernadero, y poner en marcha mecanismos cada vez más potentes de protección de riesgos ambientales que eviten que se conviertan en problemas para la salud. Por otro lado, todavía falta avanzar en la agenda del agua y del saneamiento, y en muchas cuestiones técnicas como la evaluación del impacto en la salud y la exposición a sustancias tóxicas.

Fuente: SINC
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