Rafael Maldonado, catedrático de Farmacología de la Universidad Pompeu Fabra (UPF)

"El cerebro de una persona adicta es diferente al de una persona sana"

Rafael Maldonado (UPF) ha escrito recientemente dos revisiones que ilustran la complejidad de los sistemas opioide y cannabinoide. Los artículos repasan también la identificación de dianas farmacológicas para el tratamiento de enfermedades complejas como la drogadicción y la obesidad. Curiosamente, la diana es la misma: el receptor CB1.

Rafael Maldonado en su despacho en el PRBB
Rafael Maldonado en su despacho en el PRBB

¿Qué son los CB1?

Son una familia de receptores que se encuentran tanto en el sistema nervioso central (SNC) como en los tejidos periféricos, y que forman parte de los sistemas cannabinoide y opioide endógenos. De hecho, son el sustrato común de los procesos adictivos inducidos por todas las drogas. Por lo tanto, fármacos que bloqueen estos receptores pueden ser útiles para el tratamiento de las adicciones. Ya existe un fármaco en el mercado, el problema es que éste no llega al cerebro en concentraciones suficientes.

Este fármaco, sin embargo, sí funciona contra la obesidad...

Sí, los receptores CB1 también están implicados en el control del metabolismo. Por eso otra utilidad en bloquearlos es el control de las alteraciones metabólicas asociadas con la obesidad. Como esto se hace sobre todo a nivel periférico, aquí el fármaco sí funciona. Actúa disminuyendo la ingesta y mejorando muchos parámetros del metabolismo glucídico y lipídico, por ejemplo, inhibiendo la creación de nuevas grasas.

¿Cuál es la función del sistema cannabinoide endógeno?

Muchas! Entre otras cosas controla los procesos de recompensa, por ejemplo, la obtención de placer a través de la comida o de las drogas. También controla la memoria y tiene una función muy curiosa: borra las memorias negativas. Por eso cuando alguien toma cannabis y sobreactiva este sistema, sufre amnesia anterógrada, es decir, tiene dificultad para acordarse de las cosas. Cuando alguien fuma marihuana, los efectos psicoactivos duran poco, pero la sustancia perdura en sangre más de 24 horas, y durante este tiempo puede tener efectos sobre el aprendizaje y la memoria.

¿Hay alguna diferencia en la actuación de las drogas y la de los opioides y cannabionides endógenos?

No, usan las mismas vías. La principal diferencia es que las drogas activan los sistemas endógenos continuamente y de forma ubicua. Estos sistemas son fásicos, es decir normalmente están a nivel 0 hasta que en un determinado momento y lugar se activan temporalmente. Por ejemplo, si nos damos un golpe en el brazo se liberan opioides localmente para reducir el dolor, y luego el sistema se inactiva de nuevo. Pero si tomamos drogas, estamos activando este sistema continuamente y aparecen otros efectos.

¿Qué hace que alguien sea adicto?

Hay tres componentes principales. Uno es la exposición a la droga en sí misma. El otro es la vulnerabilidad individual, que depende de factores genéticos y epigenéticos. Y por último el ambiente, en particular el grado de integración de la persona en su entorno. Pero tenemos que desmitificar la idea de que un drogadicto es un sujeto marginal, como lo eran en la época de los 80 los heroinómanos. Hoy en día un drogadicto puede tener una vida aparentemente normal. Pero no por ello es menos peligroso el tomar drogas.

Las drogas actúan sobre las neuronas, ¿producen cambios irreversibles en el cerebro?

Hay relativamente pocas drogas que causen efectos tóxicos directos. Pero todas ellas producen cambios a largo plazo en la plasticidad de las neuronas y en la cantidad de sinapsis en el cerebro. El cerebro de una persona adicta acaba siendo diferente al de una persona sana.

Fuente: El·lipse -Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB)
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