La pasión por la astronomía de Javier Rodríguez Laguna (Jerez de la Frontera, 1973), comenzó pronto. Durante sus años de estudiante en la Facultad de Físicas de la Universidad Complutense de Madrid fue miembro del club de astronomía. Tras la licenciatura se dedicó a la enseñanza secundaria y a su tesis doctoral en Física Teórica.
Tras dos años de posdoctorado en Trieste (Italia), realizó estancias de investigación en Alemania y Estados Unidos. Ahora es profesor de matemáticas en la Universidad Carlos III de Madrid. Sus líneas de investigación en el campo de la Física Teórica son muy variadas, desde los fractales hasta el magnetismo, pasando por la turbulencia, la computación cuántica y una línea en torno a las alternativas a la materia oscura. Imparte una conferencia sobre Cosmología en el marco del ciclo "Astrocharlas" el próximo 15 de octubre de 2009.
¿Por qué le llama la atención la cosmología?
La cosmología es el estudio de todo lo que fue, lo que es y lo que será. Es difícil ser más ambicioso. Al mismo tiempo, la palabra "cosmos", en griego, significa "hermoso". No faltan, desde luego, las razones para interesarse por ella.
¿Cuándo comenzó a interesarse en lo que hay “allí arriba”?
Creo que todos llegamos aquí por caminos tortuosos. De adolescente me fasciné como todos por la noche estrellada, pero es una fascinación entre otras. Series como "Cosmos", de Carl Sagan, o libros como "El alma de la noche", de Chet Raymo, me convencieron de que el disfrute del cielo iba más allá de los ojos y me decidí a estudiar Física.
¿Cuáles son los principales retos de investigación en esta área de la astronomía?
La cosmología, en realidad, sigue siendo una ciencia en pañales. Eso es bueno y es malo. Es terriblemente fácil especular, y se hace más de lo que se debiera, pero es cierto que hace falta una gran imaginación para pensar en el universo como un todo. Las mejoras técnicas en los observatorios nos dan la pauta, es obvio, nos hacen tener los pies en la tierra... y nos obligan a repensar por completo la teoría cada pocos años.
¿Cree que en los próximos años nos esperan grandes avances en el mundo de la astronomía o piensa más bien que todo está descubierto?
En cosmología no han pasado más de diez años sin una gran sorpresa. Al menos, desde los años 20. La duda es si el siguiente gran salto será teórico u observacional. Yo apuesto por uno teórico pero, claro, es mi campo...
¿Qué beneficios nos puede reportar la investigación científica astronómica?
El fundamental conocer nuestro hogar. A continuación, el desarrollo de nuestra imaginación y nuestra inteligencia. También ha reportado, desde siempre, beneficio técnico y económico. El interés por la astronomía está en el origen de una gran cantidad de inventos que se aplican sobre la Tierra...
¿Qué aspectos cree que son los más importantes a la hora de realizar progresos en la investigación astronómica?
La mejora técnica es clave. El lanzamiento del Hubble, por ejemplo, nos abrió nuevos panoramas imprevistos. Pero los mejores datos observacionales no sirven de nada si no encontramos el marco correcto de lectura. Eso precisa una imaginación sutil y poderosa, pero no demasiado volátil...
¿Tiene alguna línea de investigación relacionada con el contenido de la charla?
En este momento investigo en alternativas teóricas a la existencia de la materia oscura. Las observaciones, hasta el momento, se han interpretado como indicadoras de la presencia de una gran cantidad de materia en el universo cuyo origen es desconocido. Pero quizás haya alguna otra manera de leerlos...
Más información:
Por fin sabemos de dónde obtienen los agujeros negros sus campos magnéticos: de las estrellas progenitoras que colapsan en estos espacios completamente desprovistos de materia. Para los autores, este hallazgo puede cambiar nuestra percepción de los sistemas estelares y su evolución.
Si bien los astrónomos ya habían capturado alrededor de dos docenas de imágenes ampliadas de este tipo de estrellas, es la primera vez que llegan a observar una de ellas en detalle.
