La NASA, en colaboración con Firefly Aerospace y SpaceX, ha lanzado una misión con el objetivo de explorar nuestro el satélite. El proyecto incluye diez instrumentos científicos y tecnológicos, en apoyo al programa Artemis, que pretende establecer una presencia humana permanente en la próxima década.
La desaparición temporal de su corona y un inédito aumento en la frecuencia de los destellos de rayos X han convertido al agujero negro 1ES 1927+654 en un enigma para los científicos, al exhibir comportamientos nunca antes observados.
Se cree que este satélite nació de la colisión entre la Tierra primitiva y un protoplaneta del tamaño de Marte. Este episodio, según un nuevo estudio, se habría producido hace incluso unos 4.510 millones de años, lo que la haría más vieja de lo que se pensaba.
El hallazgo de este sistema binario, denominado D9, demuestra que algunas estrellas pueden sobrevivir temporalmente incluso bajo condiciones extremas y que los agujeros negros no son tan destructivos como pensábamos. Los autores del estudio señalan que el descubrimiento podría revolucionar nuestra comprensión sobre la formación estelar en entornos de gravedad extrema.
Un estudio publicado en Nature Astronomy destaca la dificultad de confirmar la existencia de atmósferas en exoplanetas mediante datos térmicos de banda ancha. Esta problemática toma relevancia en el marco del programa "Rocky Worlds" del Space Telescope Science Institute, que aplicará este método a numerosos exoplanetas rocosos.
Un equipo del CSIC y del Instituto Astrofísico de Canarias ha desarrollado una técnica que promete reducir la incertidumbre en la medición de distancias galácticas a solo un 2 %, mejorando significativamente la precisión en la determinación de la constante de Hubble. Este avance puede tener un gran impacto en la comprensión de la expansión del universo.
Investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias, en colaboración con grupos internacionales, han descubierto galaxias ocultas en las regiones más tenues de la telaraña cósmica, gracias a observaciones realizadas con el telescopio James Webb. El hallazgo proporciona pistas clave sobre la formación galáctica y la distribución de materia en el universo.
Esta galaxia, también conocida como Messier 104 (M104), ha sido captada con un detalle sin precedentes. Entre otros, se han descubierto elementos fascinantes en su anillo exterior, lo que proporciona una visión profunda sobre la distribución del polvo, un componente esencial para la formación de objetos astronómicos en el universo.
Por fin sabemos de dónde obtienen los agujeros negros sus campos magnéticos: de las estrellas progenitoras que colapsan en estos espacios completamente desprovistos de materia. Para los autores, este hallazgo puede cambiar nuestra percepción de los sistemas estelares y su evolución.
A diferencia de lo que enseñan las películas y series de ciencia ficción, las naves interplanetarias no se dirigen a su destino en línea recta. Más bien, toman sinuosas y complejas trayectorias planificadas minuciosamente por ingenieros muchos años antes de su lanzamiento.