Noah Weeth Feinstein, investigador en cultura científica

“La enseñanza no ha conseguido que los jóvenes conecten la ciencia con la vida real”

Hoy en el especial de Science titulado 'Grandes retos en educación científica', el profesor Noah Weeth Feinstein, de la Universidad de Wisconsin-Madison, propone estrategias para que los alumnos de disciplinas no científicas se interesen por la ciencia. Entre otras cosas, aboga por relajar la rigidez pedagógica y utilizar la ciencia para resolver problemas cotidianos.

“La enseñanza no ha conseguido que los jóvenes conecten la ciencia con la vida real”
El profesor Noah Weeth Feinstein./ N.W.F.

Su artículo de hoy en Science habla de varias líneas pedagógicas para ayudar a los estudiantes a usar la ciencia en la resolución de problemas prácticos, incluso entre los que llaman competent outsiders, que no van a optar por una carrera relacionada con ciencia o tecnología.

La enseñanza tradicional no ha conseguido que los jóvenes conecten la ciencia con la vida real, pero creo que es una de las herramientas más importantes que pueden desarrollar, y tienen que aprender a hacer esa conexión por sí mismos. Los profesores nos centramos en problemas artificiales, definidos en términos puramente científicos, y asumimos que, de alguna manera, los alumnos serán capaces de asociar esos problemas con una realidad local más compleja.

Así que la enseñanza de la ciencia no es la adecuada…

No, porque utilizamos unos escenarios muy poco convincentes en vez de empezar por las cuestiones que a los estudiantes les interesan. En el artículo recomendamos varias estrategias que son parte de investigaciones en curso, como el aprendizaje basado en problemas, que enfrenta a los estudiantes con problemas mal estructurados para que tengan que ampliar sus conocimientos y desarrollar soluciones. Otra línea es la llamada placed-based education, que aprovecha el conocimiento científico para aplicarlo en beneficio de una determinada comunidad; y también se puede trabajar con temas de discusión en ciencia, tecnología y sociedad.

¿Qué aportan estas estrategias?

Lo que tienen en común es que todas se centran en problemas que no están definidos en términos púramente científicos y requieren que los estudiantes trabajen en colaboración con sus profesores para averiguar cómo la ciencia puede contribuir a ser parte de la solución.

"La forma en que la que enseñamos hoy ciencia no es muy útil, pero, con las reformas necesarias, podría serlo"

¿Es la ciencia útil para resolver problemas cotidianos?

Sí, pero es absolutamente fundamental que entendamos que los problemas de las personas no están definidos en términos científicos. Tenemos que saber qué ciencia es relevante, y luego, cómo hacer un buen uso de ella. Coger un hallazgo científico y trasladarlo a las condiciones particulares de nuestras vidas no es una tarea trivial, pero es lo que tenemos que hacer.

¿Puede poner algún ejemplo?

Uno muy obvio es el cambio climático. Los estadounidenses escuchan constantemente que la ciencia detrás del cambio climático antropogénico es todavía muy incierta. Los lectores de Science saben que eso no es verdad y que hay un número mínimo de negacionistas, pero ¿cómo va entender el público lo que los científicos saben o cómo se maneja en ciencia la incertidumbre? Estos son los desafíos que la educación científica debe afrontar. La forma en la que enseñamos hoy ciencia no es muy útil, pero podría serlo.

¿Cree que el enfoque actual de la educación científica es demasiado rígido como para que los alumnos se interesen por la ciencia?

En EE UU centramos casi toda nuestra atención en los hechos, principios y habilidades que ayudarán a los estudiantes a ser buenos científicos. Asumimos que esos mismos hechos y principios también les ayudarán a interaccionar con la ciencia como ciudadanos, pero la ciencia y el mundo cambian tan rápido que es imposible predecir qué va a interesar dentro de 20 o 30 años.

Creemos que en lugar de dar a los estudiantes un conjunto de hechos y principios, deberíamos pensar qué van necesitar cuando se encuentren con cosas que no se pueden anticipar. Y también enseñarles a que sean capaces de saber cuál será la ciencia importante para ellos en el futuro.

¿Piensa que los científicos se resisten a nuevas fórmulas de educación?

A veces, sí, pero todos tenemos una tendencia natural a repetir las cosas que nos resultan familiares. Sin embargo, los científicos también pueden ser una parte muy importante de la reforma, son muy influyentes en la enseñanza de la ciencia. Creo que lo primero que deben hacer es cuestionar la forma en que siempre se han hecho las cosas. Deberían llevar a la educación científica el mismo escepticismo que utilizan en su trabajo, preguntarse si la ciencia que se enseña hoy en el colegio es útil y porqué.

"Hay que enseñar a entender las bases sociales e institucionales de la credibilidad científica"

La segunda cuestión que deben asumir los científicos es no ocultar cómo funciona la ciencia. La mayoría de la gente no tiene ni idea de lo que es una revisión por pares, y esto podría ser muy importante para una persona que trata de informarse sobre cambio climático o vacunación. Los científicos deben ayudar a los profesores a descubrir la mejor manera de hablar sobre ciencia, respetando el trabajo científico sin idealizarlo.

Entones, en su opinión, ¿cuál es la mejor forma de enseñar ciencia?

Hay una cosa en la que todo el mundo parece estar de acuerdo y es que la educación científica debe ser útil para los no científicos. Nuestro artículo cuestiona algunas convenciones establecidas sobre cómo y por qué la ciencia es útil en la vida diaria y sugiere que, con el fin de proporcionar una buena educación científica para no científicos, necesitamos analizar la forma en la que la gente interacciona con la ciencia una vez que han acabado la escuela.

¿Cuáles son sus recomendaciones?

Hay que ayudar a los estudiantes a conectar las cuestiones que les preocupan con la ciencia. Además, debemos enseñarles a entender las bases sociales e institucionales de la credibilidad científica. Los científicos saben qué revistas son fiables y qué autores e instituciones son dignos de confianza, y es muy importante que los ciudadanos también sepan que no toda la ciencia es igual.

Otra recomendación es potenciar que los estudiantes desarrollen sus propios intereses. El sistema educativo quiere que todos aprendan las mismas cosas y no deja que los niños sigan lo que les fascina. Sin embargo, las últimas investigaciones demuestran que los estudiantes con intereses propios en ciencia, no importa cuán específicos o extraños puedan ser, tendrán más confianza al acercarse a la ciencia en el futuro.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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