Dulce Afonso, tecnóloga marina

"Una pareja de ballenas nos perseguía estación tras estación"

Dulce Afonso nos relata cómo es la vida a bordo de un buque oceanográfico. Una ocasión para realizar viajes casi imposibles para mucha gente, y la oportunidad de vivir en el mar. Lo que peor lleva, las largas temporadas viviendo fuera de casa.

 "Una pareja de ballenas nos perseguía estación tras estación"
Dulce Afonso en la cubierta del Hespérides, rodeada de hielo en el Océano Ártico.

Dulce Afonso Rodríguez nació en Las Palmas de Gran Canaria en abril de 1978. Terminó la licenciatura en Ciencias del Mar en la Universidad de Las Palmas en 2001, donde había estado colaborando en el Departamento de Oceanografía Física desarrollando programas de procesamiento de datos de teledetección.

Desde el año 2000 es “un UTM”, como se conoce a los técnicos de la Unidad de Tecnología Marina del CSIC. Trabaja en el departamento de Telemática y ha pasado una parte importante de los últimos años de su vida a bordo de buques oceanográficos como el Hespérides. Además se trata de una de las pocas personas de España –y realmente del mundo- que es “bipolar”, es decir, que ha navegado por los dos océanos polares: el Ártico y el Antártico, ostentando igualmente los dos récords de navegación en altas latitudes a bordo de un buque español, 71º01’S, y 80º59’N.

¿Cuándo y cómo entraste en la UTM?

Participé con la UTM (entonces UGBO) en la Exposición Universal de Hannover 2000 como representante de la ULPGC. Allí contacté con el responsable del departamento de Informática y Comunicaciones, que tras conocer mi interés y experiencia en la teledetección me ofreció trabajar con ellos como responsable del sistema de adquisición y procesado de imágenes vía satélite del BIO Hespérides.

¿Qué haces en la UTM?

Me ocupo de la instalación y mantenimiento de los sistemas de adquisición de datos marinos en los buques de investigación, y de los sistemas de comunicación para la gestión de sitios remotos.

¿Te refieres a las bases antárticas?

Sí… Principalmente a la Base Juan Carlos I, en la Isla Livingston.

¿Pasas mucho tiempo embarcada?

El tiempo de embarque suele ser de unos 120 días al año de media. Pero no es el único tiempo que paso fuera de casa: tendría que añadir unos 60 días de viaje para preparación de los buques en sus bases.

¿Cómo es tu trabajo a bordo?

Durante las campañas mi tarea principal es supervisar la adquisición de los datos de los diferentes equipos oceanográficos, realizar las copias de seguridad pertinentes y entregar al jefe científico el pool de datos al final de la campaña.

Aparte de esto, básicamente me ocupo de que los sistemas de comunicaciones funcionen perfectamente, y de las reparaciones o modificaciones “in situ” de los ordenadores de adquisición, servidores, cableado de datos…

¿Y en tierra?

En la oficina la tarea principal es la de previsión y realización de las compras necesarias para las instalaciones informáticas de los buques. También hacemos la gestión de los calendarios y mejoras de software propio.

El trabajo principal se realiza durante los periodos de mantenimiento de los buques, en los que tenemos que poner a punto los sistemas de adquisición y de comunicaciones que se utilizarán en campaña. En ocasiones tenemos que realizar nuevas instalaciones, y mejoras o reparaciones de los equipos existentes, así como del resto de la instalación informática del buque.

Como no trabajas por turnos y podemos decir que estás 24 horas en tu puesto de trabajo, ¿tienes algún horario o haces las cosas según van surgiendo?

De manera general, intento estar disponible desde las 08:00 de la mañana hasta la hora de la comida 13:30h, y luego por la tarde, desde las 16:00h hasta la hora de la cena, las 20h. Además de eso, el resto del día es importante hacer rondas por los laboratorios, para ver que todo funciona bien, además de estar disponible a cualquier hora por cualquier contratiempo.

Algo de tiempo libre tendrás -a bordo-. ¿En qué lo empleas? ¿Qué haces para relajarte? ¿Es posible desconectar? ¿Tú cómo lo haces?

Lo mejor es salir a cubierta a despejarse y ver la luz del sol. También es posible ir al gimnasio, o echar una partida al ping-pong. Y es imprescindible llevar un libro interesante.

La convivencia a bordo... ¿es difícil? ¿Se hacen amigos? ¿Y enemigos?

Durante las campañas, hay que recordar que estamos en un lugar de trabajo, donde convivimos prácticamente 24 horas con gente diferente, por lo que es importante intentar ser amable y tolerante con todo el mundo. Siempre puede haber alguien con quien puedas conectar más, (lo cual mejora bastante el día a día), o justo lo contrario. En estos casos, lo mejor es no dejar que esto altere tu trabajo.

¿Cómo repartís los camarotes?

Los encargados de repartir los camarotes son el segundo de abordo, el jefe científico y el jefe técnico (UTM), en función de los turnos, tiempo que se vaya a estar embarcado, antigüedad, etc.

¿Qué es lo más peligroso que has vivido?

Las condiciones de seguridad dentro de los buques son bastante altas, así que en ningún momento me he sentido en peligro. Quizás lo más peligroso son los barqueos en zodiac en aguas antárticas, donde al caer al agua sobrevivirías apenas unos minutos sin traje de supervivencia, pero los embarques y desembarques, siempre se hacen en condiciones de seguridad.

¿Y lo más divertido que te ha pasado en una campaña?

Se conoce a mucha gente pintoresca en las campañas. Además de eso, en una campaña antártica, una pareja de ballenas nos perseguía estación tras estación y no nos permitían lanzar los equipos al agua.

Fuente: divulgaUNED.es
Derechos: Creative Commons
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