Ha sido como una jarra de agua fría descubrir que las estructuras financieras no estaban preparadas para los cambios introducidos por la globalización económica a pesar de que la ciudadanía se había acostumbrado (y hasta aborrecido) oír hablar de la famosa “economía global”. Gonzalo Rubio, catedrático de Economía Financiera de la Universidad CEU Cardenal Herrera, lleva años investigando posibles soluciones a las deficiencias del sistema mucho antes de que todo se derrumbara. En un momento en el que los economistas se cotizan al alza, el prestigioso investigador habla sobre la crisis y sobre su proyecto actual más relevante.
Los últimos datos económicos son desalentadores y se ha comentado que la recuperación española será más tardía que otras economías avanzadas… ¿Cuándo considera que observaremos una mejoría?
Tradicionalmente los buenos ciclos económicos han afectado de manera más positiva a la economía española que al resto de países europeos y las recesiones más negativamente. Esta ocasión no es una excepción por lo que seguramente tardaremos más en recuperarnos. La situación en España efectivamente es preocupante y, aunque no se puede saber si se ha tocado fondo, todo indica que pasaremos unos 2009-2010 difíciles. En cuanto a la remontada, es muy complicado ponerle fecha porque hay muchísimas incógnitas. En cualquier caso, igual que la recesión, la recuperación vendrá primero de Estados Unidos.
¿Podría explicar resumidamente el origen de la crisis económica? ¿La clave está en la globalización?
Las principales causas son financieras y específicamente provienen de la regulación financiera. Siendo más concretos, debemos mencionar los incentivos que generaban en el sector financiero las regulaciones existentes.
Me explico. Una de las principales causas es que existía una regulación financiera que era nacional cuando el mundo financiero estaba claramente globalizado. La otra cuestión está relacionada con el negocio que surgió de manera paralela a la banca comercial, la que todos conocemos. Los riesgos que soportaba dicha banca estaban perfectamente regulados. El problema se deriva de la banca paralela y que tiene dos cabezas: por un lado, la banca de inversión y, por otro, los “hedge funds”, los fondos de inversión no regulados. Estas dos instituciones empezaron a generar negocio muy parecido al de la gran banca comercial sin estar sometidos a similares regulaciones por lo que corrían mayores riesgos en sus estrategias de transferencias de riesgos. Esta situación nos ha llevado a la actual crisis financiera pero no significa que los banqueros sean “malos” o los responsables de estos fondos no regulados fueran perversos, sino que, con unos incentivos detrás provocados por la propia regulación existente, tomaron excesivos riesgos en sus negocios.
Por tanto, el problema principal es la regulación financiera y cómo incentiva las actuaciones de los agentes. Sin embargo, ponernos de acuerdo para cambiarla llevará su tiempo. Suponiendo que nos pongamos finalmente de acuerdo, los efectos de las nuevas normas también tardarán en ser visibles. Por lo tanto, no nos debe sorprender que los expertos nos adviertan que tardemos en superar esta situación porque no es posible poner en marcha las soluciones de forma inmediata.
¿Qué pasos se han empezado a dar en este sentido?
Los países estudian ahora la creación de entes reguladores ya globales.
Entonces, ¿ha sido necesaria esta crisis para que finalmente cambiaran el “chip”?
Así es como hemos ido aprendiendo a lo largo de la historia. No se nos puede pedir a los economistas que hagamos previsiones perfectas pero sí exigir que aprendamos de las crisis pasadas. En este caso, el carácter global de la recesión marca la diferencia con respecto a las anteriores, lo cual precisa de acuerdos globales para solucionarlo. Esto, a su vez, hace que todo sea más lento.
¿Se tendrá que trasladar esta nueva realidad a las aulas?
La importancia que tienen los incentivos para las actuaciones económicas se empezará a enseñar con más cuidado a partir de ahora en los grados y posgrados de Finanzas. Este concepto siempre se ha analizado desde un nivel teórico y académico, pero ha quedado patente que es algo muy real y que los incentivos de los agentes económicos requieren regulaciones correctas.
¿Veremos que se disparan los proyectos de investigación relacionados con temas económicos?
Por lo general, la investigación en economía siempre ha recibido un gran apoyo, pero sí será más visible la investigación y el apoyo específico a las finanzas. Uno de los mensajes que podemos extraer de la situación actual es que la educación financiera es esencial porque la sofisticación de los productos financieros que manejan los agentes económicos con esos incentivos que comentaba antes es enorme. De hecho, el Banco de España, que se ha adelantado en muchos aspectos a las regulaciones correctas -lo que llamamos regulaciones contracíclicas, es decir, forzar a las entidades bancarias a reservar fondos cuando las cosas van bien para luego usarlos cuando van mal-, lleva cierto tiempo incentivando la investigación y la educación en finanzas porque entiende que esta última debe generalizarse entre el gran público.
Hablando sobre la investigación, usted lidera el proyecto de excelencia Prometeo titulado “Valoración de Riesgos Financieros”.
La motivación de este proyecto en concreto no es consecuencia de la crisis económica y financiera sino es un tema en el que veníamos trabajando desde hace tiempo pero sí es cierto que tiene mucho que ver con el panorama actual. Una de las críticas que se hace a los mercados financieros es que son como unos grandes casinos alejados de la economía real o productiva. Sin duda, esta opinión es un grave error. Hay una relación directa entre la economía real y financiera y uno de los objetivos del proyecto es precisamente construir un indicador que sea capaz de predecir simultáneamente los ciclos de la economía real y financiera. La segunda parte del proyecto trata sobre liquidez, que de nuevo es uno de los grandes temas de la actualidad. Pretendemos descubrir si los determinantes de los precios de las acciones están más influenciados por características propias en la liquidez de las mismas o si, por el contrario, hay un factor de riesgo asociado a shocks agregados de liquidez que determina el comportamiento de los precios. La última parte de la investigación, también íntimamente relacionada con la recesión, trata de determinar los factores que están detrás de nuestra percepción del riesgo de la volatilidad en los mercados bursátiles.
¿Qué otras entidades participan en este proyectofinanciado por la Generalitat Valenciana?
Los investigadores involucrados en esta investigación así como en otro proyecto del Ministerio de Educación provienen de la propia Universidad Cardenal Herrera, de la Universidad Complutense de Madrid, y las universidades de Alicante, Castilla La Mancha y Pablo Olavide de Sevilla.
Ambas investigaciones finalizan en 2011, ¿algún resultado se podrá trasladar directamente a la sociedad?
El indicador de ciclos, sin duda. Esta variable capaz de avanzar las tendencias de la economía real y financiera resultará útil desde el punto de vista de política económica, para el Banco Central Europeo o para el Banco de España, por ejemplo, como un indicador más a tener en cuenta.
¿Qué le motivó a dedicarse a la investigación? ¿No le resultaba atractiva la dirección de empresas?
Cuando terminé la carrera de Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad del País Vasco, tenía las mismas sensaciones que todos, no sabía qué hacer. Por el prestigio de sus universidades y convencido de que la formación que había recibido era incompleta, decidí hacer un Master en Dirección y Administración de Empresas en Estados Unidos, concretamente en la Universidad de Columbia, Nueva York. Allí descubrí una nueva forma de hacer docencia que me impactó mucho. Efectivamente recibí ofertas interesantes, una de ellas de Ford Europa que finalmente acepté. Estuve un año con la multinacional entre Londres, Madrid y Valencia. Sin embargo, me di cuenta que el trabajo del día a día en la empresa no me resultaba estimulante y regresé un año a la Universidad del País Vasco donde terminé interesándome definitivamente por el mundo académico. Para completar mi formación e iniciarme en la investigación, realicé el doctorado en la Universidad de California en Berkeley para después empezar a trabajar de nuevo en la Universidad vasca hasta que me trasladé a la Comunitat Valenciana.
¿Estados Unidos sigue siendo el referente mundial en temas de investigación financiera?
Sin duda. Los departamentos de Finanzas de las grandes universidades norteamericanas siguen marcando a día de hoy la investigación puntera. En Europa hay grupos importantes y hemos avanzado mucho pero seguimos las líneas que marcan desde EE.UU. Además, no veo que esto vaya a cambiar a medio plazo.
¿Observa interés en las nuevas generaciones de economistas españoles por dedicarse a la investigación?
Aunque hemos mejorado mucho en España, en el tema de la investigación seguimos por detrás de otros países en todos los ámbitos, incluidas las ciencias sociales. Todavía no hemos desarrollado suficientemente la cultura de la investigación. Sin duda hay un coste de oportunidad importante para cualquier persona joven que se quiera dedicar a la investigación por una razón puramente económica, ya que hay que reconocer que resulta tentadora la posibilidad de trabajar en la empresa privada o en entidades financieras con sueldos superiores a los que promete, y a muy largo plazo, la investigación. Las instituciones públicas han invertido mucho esfuerzo y recursos en proyectos de investigación y están concienciadas de su importancia, sin embargo, he de decir que a mi parecer las ayudas públicas económicas no discriminan lo suficiente. El relativamente escaso dinero que se dedica a la investigación, tanto para las ciencias puras como para las ciencias sociales, está mal repartido. El sector público debe incentivar la investigación de calidad y dar prioridad a los investigadores y universidades con mayor potencial investigador.
En los discursos políticos se hace referencia continuamente a la apuesta por la I+D. ¿Qué papel puede y debe jugar la investigación en la nueva era global?
Su importancia es prioritaria. Sin duda es clave, incluida, por supuesto, la investigación básica. Con relación a esta idea, no debemos olvidar la necesidad urgente de mejorar nuestro sistema educativo universitario. Sin una universidad con mayúsculas, competitiva que busque a los mejores porque los necesite para sobrevivir, no podemos pensar en generar investigación de calidad. Me temo que las continuas reformas universitarias, además de generar burocracia e incertidumbre, no incentivan adecuadamente comportamientos de sus responsables que les obligue a ser más competitivos internacionalmente.