Este manto blanco es cada vez más escaso y menos duradero y estable, según revela un estudio liderado por investigadores de la Universidad de León. El trabajo ha analizado más de 14 000 imágenes satelitales entre los años 2000 y 2024, para evaluar la evolución de la cubierta nival en 36 cuencas hidrográficas de la cordillera.
Un análisis publicado en Nature describe cómo una roca recogida en 2024 en el cráter Jezero contiene compuestos químicos y patrones minerales que podrían estar vinculados a antiguos microbios marcianos. Los autores advierten de que aún es necesario confirmar si estas señales corresponden realmente a vida.