Investigadores del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR) lideran un estudio que muestra datos epidemiológicos sobre las causas y las consecuencias del abandono del tratamiento con antiagregantes plaquetares después de la colocación de un stent liberador de fármacos o farmacoactivo.
Debido a la gravedad de los efectos de suspender el tratamiento y a la falta de información que existe sobre los motivos de esta suspensión, la Unidad de Epidemiología del Área del Corazón del Hospital de la Vall de Hebrón, bajo la dirección de Ignacio Ferreira, ha realizado un estudio en el que se han querido analizar las causas para detectar el problema y buscar soluciones. La investigación ha sido publicada esta semana en la revista Circulation.
El estudio, llamado ACDC (Adherencia al tratamiento en pacientes Coronarios después de un Cateterismo con colocación de un stent liberador de fármacos) se ha llevado a cabo con la colaboración de CIBERESP y de la red RECAVA. En este estudio se han incluido 1.622 pacientes tratados con stents liberadores de fármacos, durante un año.
Los stents liberadores de fármacos representan un indudable avance para el tratamiento de obstrucciones coronarias. Los stents son como una malla que se coloca en el interior de la arteria obstruida -mediante un cateterismo- con la idea de mantener la apertura suficiente en el interior de la arteria para que la sangre circule. La peculiaridad de los stents farmacoactivos es que no sólo ejercen un papel mecánico, sino que además liberan fármacos que permiten un tratamiento antiinflamatorio y antiproliferativo dentro de la arteria.
La diferencia entre los stents no farmacoactivos y los farmacoactivos no es la supervivencia de los pacientes a largo plazo, sino que al colocarse este dispositivo dentro de la arteria obstruida se consigue una mejor permeabilidad de esta arteria coronaria y ésta se mantiene durante más tiempo que con los stents convencionales. Sin embargo, su uso exige la administración conjunta de dos fármacos antiagregantes plaquetarios (básicamente aspirina y clopidogrel), durante un mínimo de un año. De los pacientes estudiados -procedentes de 29 centros de toda España- 234 pacientes (14,4%) suspendieron, al menos uno de los antiagregantes, durante al menos 5 días
“La suspensión de alguno de los antiagregantes durante el primer año puede dar lugar a un fenómeno de trombosis del stent farmacoactivo, con un alto riesgo de infarto de miocardio o muerte cardiovascular”, explica Ignacio Ferreira. Los stents convencionales precisan de dos fármacos sólo durante el primer mes y posteriormente sólo habrá que seguir el tratamiento con uno de los dos antiagregantes.
Causas del abandono
Al analizar las causas de esta interrupción del tratamiento se evidenció que sólo en relativamente pocos casos (27,7%) la interrupción estaba justificada por una hemorragia clínicamente relevante o por una intervención quirúrgica mayor urgente. En la mayoría de las ocasiones la interrupción se realizó por indicación médica en el contexto de hemorragias de bajo riesgo o intervenciones quirúrgicas con poco riesgo de hemorragia o bien por iniciativa del paciente; es decir, en circunstancias con dudosa justificación clínica dado el riesgo de la interrupción. La interrupción por iniciativa del paciente era más frecuente en inmigrantes y pacientes con adicción a sustancias psicoactivas.
Se calcula que, en nuestro entorno, la enfermedad coronaria supone uno de los problemas de salud más graves. En Cataluña, unas 19.000 personas mueren cada año debido a enfermedades cardiovasculares. Más de 5.000 mueren a causa de un infarto de miocardio y casi 9.000 personas necesitan un ingreso hospitalario y un tratamiento adecuado. Anualmente se colocan en España más de 100.000 stents en las arterias coronarias. A día de hoy, más del 60% de los stents que se colocan son farmacoactivos.
“Debido a la frecuencia, cada día mayor, de estos tratamientos es necesario asegurar que, tanto pacientes como profesionales sanitarios no especializados en este campo, conocen las implicaciones de los tratamientos y los riesgos asociados a su abandono”, explica Ferreira y sigue, “el estudio demostró, por lo tanto, que el uso de esta avanzada tecnología no siempre iba seguida del cumplimiento de las medidas necesarias para prevenir el riesgo de la misma, observándose además que buena parte de los incumplimientos eran teóricamente evitables”. Dado el alto riesgo de trombosis del Stent asociado a suspensión prematura de la antiagregación, en caso de dudas sobre el futuro cumplimiento del mencionado tratamiento, se debería considerar la implantación de un stent no farmacoactivo.
El estudio ha analizado los resultados de las intrervenciones para prevenir el abandono o suspensión no justificada del tratamiento antiagregante y se ha demostrado que el simple hecho de entregar al paciente un folleto explicativo sobre la importancia del mantenimiento de dicho tratamiento disminuía el riesgo de su interrupción. El Hospital de la Vall d’Hebrón es de los centros que, de forma sistemática, facilita esta información escrita a los pacientes cuando marchan de alta a casa y los índices de abandono del tratamiento son muy bajos.