Analizado el comportamiento del ozono superficial en Andalucía occidental

Investigadores de la Universidad de Huelva han examinado por primera vez el comportamiento del ozono superficial de áreas urbanas, rurales e industriales de una zona tan amplia como Andalucía occidental. Los resultados revelan que este contaminante atmosférico se puede detectar lejos de su zona de emisión, y que presenta picos máximos en primavera y verano, entre otros datos recogidos sobre su dinámica y variación.

Analizado el comportamiento del ozono superficial en Andalucía occidental
Los investigadores Juan Pedro Bolívar (derecha) y Daniel Domínguez López (izquierda), de la Universidad de Huelva analizando el ozono / Fundación Descubre

Investigadores del grupo física de radiaciones y medio ambiente (Fryma) de la Universidad de Huelva han analizado el comportamiento del ozono superficial de zonas urbanas, rurales e industriales de Andalucía occidental. Este compuesto es uno de los contaminantes más importantes en la baja atmósfera, ya que tiene efectos sobre la salud, la vegetación, los materiales y el clima.

En el trabajo, publicado en la revista Environmental Monitoring and Assessment, los investigadores abarcan por primera vez una zona tan amplia de análisis (Andalucía occidental), ya que hasta el momento tan sólo existían estudios locales.

“Las altas temperaturas y la radiación solar, la orografía tan característica del valle del Guadalquivir y la emisión de estos gases precursores por las ciudades y complejos industriales convierten al suroeste de la península ibérica en una zona propicia para la formación y acumulación de ozono”, detalla el investigador responsable del estudio Daniel Domínguez López, de la Universidad de Huelva.

Los niveles de ozono registraron un valor máximo entre las 14 a 18 horas, coincidiendo con las mayores temperaturas e índices de radiación solar

Los expertos han analizado el origen y comportamiento del ozono en Andalucía occidental durante cuatro años. De esta forma, han comprobado sus variaciones mensuales, semanales y diarias, así como las de un grupo de sus precursores, los óxidos de nitrógeno. La principal fuente de estos compuestos, que se forman por la combustión del nitrógeno a altas temperaturas, son las combustiones producidas por el tráfico.

“Alcanzan una distancia pequeña, es decir, se localizan cerca de donde se emiten. Por el contrario, el ozono tarda más formarse, ya que necesita un ‘cóctel’ compuesto, entre otros factores, por estos óxidos, radiación y temperatura, por tanto, se detectan lejos de la zona de emisión”, explica otro de los autores del estudio Juan Pedro Bolívar.

La propia composición de estos contaminantes marca su comportamiento. Según el estudio, los niveles máximos de ozono se alcanzaron en primavera y verano, al contrario que los óxidos de nitrógeno que se incrementan en otoño e invierno. En cuanto a las horas de mayor concentración, en sitios urbanos, suburbanos e industriales los niveles de ozono registraron un valor máximo entre las 14 a 18 horas, coincidiendo con las mayores temperaturas e índices de radiación solar.

En el caso de los óxidos de nitrógeno, se observaron dos picos, a primera hora de la mañana y a última hora de la tarde. “En las estaciones rurales se detectaron niveles constantes de óxidos de nitrógeno a lo largo de todo el día, mientras que el ozono sigue un ciclo diario menos marcado que en estaciones urbanas”, matiza Domínguez y añade: “Los niveles alcanzados en todos los casos no superan los límites establecidos para emitir alertas a la población”.

El análisis semanal ha permitido a los expertos atesorar datos suficientes para estudiar por primera vez el denominado efecto fin de semana, es decir, si existe diferencia de los niveles en estos dos días de menor actividad humana. “Los resultados indicaron que sólo áreas de influencia de las emisiones del tráfico importantes presentan variaciones de fin de semana para los óxidos de nitrógeno, mientras que no se detectaron cambios significativos en el caso del ozono”, detalla el experto.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores seleccionaron 12 estaciones de la Red de Vigilancia y Control de la Calidad del Aire de Andalucía representativas de cinco áreas, con un comportamiento diferente del ozono, de un total de 29 sitios de monitoreo. “Es la primera vez que el análisis de estos contaminantes atmosféricos se ha desarrollado en una zona tan amplia, lo que permite una comprensión completa de la dinámica y las relaciones de estos compuestos”, enfatiza Domínguez.

Rastreando el ozono

Según los expertos, el ozono en altas concentraciones y por períodos prolongados tiene efectos perjudiciales para la salud, provocando irritaciones en los ojos y mucosas. “Además, incide en el desarrollo de las plantas, ralentizando su crecimiento. Es un contaminante fotoquímico y tiene efectos corrosivos en las vías respiratorias y pulmones”, explica otro de los autores del artículo, Juan Pedro Bolívar, catedrático de Física Aplicada.

De ahí que después de este análisis sobre el origen y caracterización del comportamiento del ozono, los investigadores trabajen ahora en precisar sus episodios, es decir, aquellos momentos o periodos de tiempo en los que se producen niveles de ozono por encima de los umbrales de información y alerta, que pudieran requerir recomendaciones destinadas a la población.

“El objetivo final es desarrollar modelos que permitan predecir con alta probabilidad cuándo se producirá un episodio de ozono a partir de los datos meteorológicos del lugar en estudio y las emisiones de precursores de ozono existentes en dicha zona”, anticipa Bolívar.

Referencia bibliográfica:

D. Dominguez López, J. A. Adame, M. A. Hernández-Ceballos, F. Vaca, B. A. De la Morena, J. P. Bolívar. 'Spatial and temporal variation of surface ozone, NO and NO2 at urban, suburban, rural and industrial sites in the southwest of the Iberian Peninsula'. Environmental Monitoring and Assessment, 2014.

Fuente: Fundación Descubre
Derechos: Creative Commons
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