La Gemología es la ciencia que se dedica al estudio de los materiales gemológicos que son aquellos, naturales o artificiales, que por sus características de belleza, durabilidad y rareza pueden tallarse para su uso en joyería o en decoración. La Escuela Complutense de Verano tiene programado para el próximo mes de julio un curso sobre esta materia que potencia tanto su vertiente académica como la práctica y aplicada.
La belleza está íntimamente ligada a las propiedades ópticas: color, brillo, transparencia, etc. El diamante por ejemplo, interesa por su transparencia, las esmeraldas y los rubíes por su color y los ópalos por sus reflejos. En general, colores bonitos o de moda, brillos especiales o ausencia de impurezas son algunas cualidades ligadas a la belleza. La durabilidad se refiere a su inalterabilidad frente a diversos agentes. Está determinada por factores como la dureza o la solubilidad, entre otros. Por ejemplo, si una piedra se araña fácilmente, perderá, también fácilmente, algunas de sus cualidades como el brillo. Se consideran duros los materiales cuya dureza es superior a la del cuarzo, ya que éste es el mineral más abundante de la corteza continental y como consecuencia, también es muy abundante el polvo de cuarzo, capaz de rayar cualquier material de dureza inferior. La rareza está relacionada con su escasez, su demanda en el mercado o las modas. Esto ocurre con los diamantes de calidad gema, que además de ser escasos se comercializan de una forma muy particular.
Desde el punto de vista práctico, estos materiales se utilizan casi exclusivamente, para fabricar joyas de adorno personal y otros objetos decorativos. La especialización profesional en este campo abarca un amplio espectro de posibilidades, que van desde las más artesanales a otras que enlazan directamente con la economía o el arte. En este marco se incluyen actividades como el trabajo con metales preciosos que realiza el orfebre, la talla y el pulido de la gema, el diseño de la pieza, su montaje, etc.
Cada una de estas actividades cuenta con verdaderos expertos que, aunque pueden trabajar individualmente, también lo hacen de manera colectiva, en el taller del joyero, quien además de coordinar el trabajo, se ocupa de la comercialización de las piezas realizadas. La calidad de los resultados obtenidos es evaluada por el tasador, quien además de identificar con exactitud el material, la manufactura y los tratamientos empleados en cada pieza, debe ser un experto conocedor de las exigencias artísticas y de mercado imperantes en cada momento. Finalmente, se puede considerar un último campo de actuación, ligado estrechamente a la Historia del Arte, que se refiere a la conservación y restauración de piezas antiguas.
El aprendizaje necesario para estas actividades: orfebrería, talla, diseño, comercio, joyería, tasación y restauración, requiere unas enseñanzas que, en el momento actual, se restringen casi exclusivamente a instituciones privadas. En ese sentido la Universidad Complutense ha organizado un curso dirigido a licenciados y estudiantes universitarios, así como a bachilleres de ciencias o letras, interesados en conocer el mundo de las gemas.