Las explotaciones de cacao en América del Sur no solo proporcionan chocolate, también ofrecen una solución sostenible. Un equipo de científicos demuestra por primera vez cómo aves y murciélagos, protagonistas del #Cienciaalobestia y consumidores de plagas de insectos que atacan a esta planta, aprovechan los cultivos cacaoteros que crecen a la sombra de los bosques secos tropicales de Perú como refugio o fuente de alimento.
Las ventajas que aportan los cultivos de cacao a la biodiversidad de los bosques tropicales húmedos habían sido ampliamente demostradas. Quedaba por ver si las especies que habitan en los bosques secos tropicales, como los que se encuentran en Sudamérica, podían beneficiarse también del cultivo de cacao, una planta que se desarrolla bajo sombra.
A pesar de que estas selvas están globalmente amenazadas por la deforestación y la agricultura, al noroeste de Perú, el cacao se cultiva en agrobosques, a menudo cerca de los hábitats de los bosques secos, donde se aprovecha la sombra de los árboles.
Un equipo internacional de científicos, dirigido por la Universidad de Gotinga, en Alemania, ha analizado por primera vez cómo los efectos estacionales de estos sistemas agroforestales de cacao impulsan la presencia de aves y murciélagos –los consumidores más importantes de plagas de insectos–.
Los investigadores estudiaron estos cultivos bajo los árboles durante más de un año. Los resultados, publicados en la revista Agriculture Ecosystems and Environment, revelan que tanto aves como murciélagos, sobre todo los que se alimentan de insectos, se benefician de estos agrobosques.
“Descubrimos que los bosques secos tropicales tienen especies únicas de aves y murciélagos, y que la agroforestería del cacao es una buena opción para las prácticas agrícolas que favorecen a la biodiversidad”, señala la primera autora, Carolina Ocampo-Ariza, del grupo de Agroecología de la universidad alemana. Y añade: “Estos resultados son valiosos para el diseño y la gestión de paisajes agrícolas en países megadiversos como Perú”.
La coautora Justine Vansynghel observando las aves en una finca de cacao de Perú, y sosteniendo un búho pigmeo peruano (Glaucidium peruanum). / Carolina Ocampo-Ar
El grupo de investigación reveló que los murciélagos siempre eran más abundantes en las fincas de cacao que en los bosques cercanos, mientras que esto solo ocurría con las aves en la estación seca.
“Las fincas de cacao parecen servir de oasis para las aves, proporcionándoles alimento y refugio cuando escasean en el bosque”, afirma la profesora Teja Tscharntke, del grupo de Agroecología de la Universidad de Gotinga y coautora del trabajo.
Según los científicos, esto tiene importantes consecuencias para los servicios ecosistémicos en los sistemas agroforestales. La razón es que “las aves y los murciélagos desempeñan un importante papel en el control de las plagas de insectos que atacan al cacao”, concluye la coautora Bea Maas, de la Universidad de Viena.
La científica Carolina Ocampo-Ariza sostiene un búho pigmeo peruano (Glaucidium peruanum) dentro de una finca de cacao.
Referencia:
Carolina Ocampo-Ariza et al. “Trait-dependent responses of birds and bats to sea-son and dry forest distance in tropical agroforestry”. Agriculture Ecosystems and Environment