La actividad sísmica continúa en la isla de La Palma con menor frecuencia e intensidad. Sin embargo, desde el Gobierno de Canarias se ha acordado mantener el semáforo amarillo de alerta ya que la deformación del suelo en la zona de la Cumbre Vieja ha subido a los diez centímetros.
En las últimas horas de ayer, los sistemas indicaron una disminución de la actividad símica en la isla de La Palma, pero detectaron que la deformación del suelo en la zona de la Cumbre Vieja había subido a los 10 centímetros. Por eso, la Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias ha acordado mantener el semáforo amarillo de alerta, un protocolo de riesgo establecido para gestionar este tipo de fenómenos.
Los expertos advierten de que la serie de más de 4.200 terremotos que se vienen produciendo desde el pasado sábado, denominado enjambre sísmico –una serie más o menos continua en el tiempo de terremotos localizados en un área concreta, que suele iniciarse de forma súbita– continúa y puede tener “una evolución rápida a corto plazo”. Además, sería probable que ocurrieran terremotos sentidos de mayor intensidad. En la actualidad, la actividad se está desplazando en dirección noroeste.
“Es frecuente que se registren enjambres sísmicos en muchos volcanes. No hay ninguna regla para saber si serán el preludio de una erupción o no”, explica a SINC Jordi Díaz, sismólogo en el centro de Geociencias Barcelona del CSIC (GEO3BCN). Para el investigador, la serie de La Palma “no es excepcional”. “Ya ha habido otras similares, tanto en esta como en otras islas canarias”, subraya, pero no se sabe si esta serie durará solo unos días o se alargará semanas o meses.
Hasta ahora, aunque se recomienda mantener el semáforo volcánico en amarillo en la zona de Cumbre Vieja, no se descarta que la actividad se intensifique a corto plazo. Por el momento, los terremotos registrados son de magnitud pequeña, “difícilmente sentidos por la población”, señala Díaz. El mayor terremoto se produjo el martes y tuvo magnitud de 3,9.
Ayer a mediodía, el Instituto Geográfico Nacional localizó tres seísmos en El Paso, dos de magnitud 3,1 y otro de 2,8, a profundidades que oscilan entre los 7 y los 9 kilómetros, además del temblor a primera hora de la mañana de 2,3 en Fuencaliente.
Mientras, se ha mantenido la sismicidad somera, entre 1 y 3 kilómetros de profundidad, de baja magnitud, y se ha añadido en las últimas 12 horas una sismicidad a profundidades intermedias, entre 4 y 5 kilómetros.
Según los sismólogos, este tipo de enjambres se asocia a movimientos del magma dentro del edificio volcánico. En el caso de La Palma, los hipocentros están a menos profundidad, “lo que puede hacer pensar en una cámara magmática más cercana a la superficie”, dice Díaz. Además, la deformación ha aumentado y alcanzando un valor acumulado de 10 centímetros, muy localizada en el entorno de la sismicidad.
“No tenemos forma de predecir si la serie acabará en una erupción o no. Lo más frecuente es que no se produzca la erupción”, informa el sismólogo. Según él, para que suceda, tendría que generarse un aumento en la sismicidad y en la deformación superficial en las horas previas, “lo que permitirá tomar las medidas oportunas”, recalca.
Por ahora, la Dirección General de Seguridad y Emergencias ha informado de que se ha reforzado el seguimiento continuo de la actividad y comunicará cualquier cambio significativo que se observe.