El 5 de marzo se celebra el Día Mundial de la Eficiencia Energética, una llamada de atención sobre la urgencia de optimizar los usos de la energía, que es actualmente un recurso valioso y limitado.
La energía se consume hoy ampliamente en todas las actividades humanas. Desde la Sociedad de Ciencias Aranzadi y la Asociación Cel Fosc, a partir de la preocupación por el crecimiento de la contaminación lumínica, queremos denunciar que este fenómeno no sólo causa perturbaciones medioambientales serias, sino que también conlleva un enorme derroche de electricidad, y por tanto muestra un campo donde se pueden hacer grandes mejoras en eficiencia energética: el alumbrado de exteriores.
Investigaciones de la Universidad Complutense de Madrid han dado a conocer que el consumo de energía en alumbrado público, por habitante y año, crece de manera continuada en nuestro país desde hace más de cuatro décadas, y lo que es más llamativo, se sitúa muy por encima de los valores promedios en Europa, y en concreto de países como Francia o Alemania, no precisamente subdesarrollados. Precisando, el consumo de electricidad para alumbrado público en todo el País Vasco se sitúa sobre los 280 millones de kilovatios-hora.
Esto ya indica que algo está descontrolado aquí, en lo referente a la iluminación nocturna de exteriores: se trata entre otras cosas de un problema de eficiencia energética no optimizada, acarreando consecuencias medioambientales (contaminación) y económicas (derroche de energía), que deberían preocupar siempre, pero más aún en épocas de crisis y déficit como la que estamos viviendo.
Estudios piloto en municipios del País Vasco
Recientemente, la Sociedad Aranzadi, en colaboración con EVE y a partir de un plan impulsado con la Diputación Foral de Gipuzkoa, ha realizado unos estudios piloto del alumbrado público en diferentes municipios (Legazpi, Tolosa, Ondarroa, Ibarra). Su objetivo es ver el grado de eficiencia de la iluminación actual, detectando los puntos donde se produce contaminación y desperdicio de energía. Para proponer una renovación del alumbrado, estableciendo una iluminación de calidad en todo el municipio, evitando pérdidas de luz hacia el entorno y ajustando las potencias a las recomendaciones de la Comisión Internacional del Alumbrado. La comparación entre el estado actual, y el que se tendría en caso de realizar los cambios propuestos, arroja resultados muy interesantes:
Se conseguiría una reducción del 40% en consumo de energía, en emisión de contaminantes, y lógicamente en facturación de electricidad. Llama la atención que los resultados son muy similares, pese a tratarse de cuatro municipios de distinto tamaño y tipología de alumbrado. Esto indica que el problema es general de todas las poblaciones, y por tanto las soluciones son válidas para el resto de los pueblos y ciudades de nuestro país. De hecho, hay ya una experiencia real de renovación del alumbrado público en el casco urbano de Puente la Reina – Gares (Navarra), siguiendo criterios semejantes a los que han guiado estos estudios, y se comprueba que es posible racionalizar el alumbrado de las calles, mejorando la eficiencia energética y reduciendo fuertemente el gasto en electricidad.
Aplicando estas conclusiones a las cifras de gasto anual de energía para alumbrado público, se calcula que en el País Vasco hay un potencial de reducir 112 millones de kilovatios-hora en consumo, lo que supone reducir en 45.000 (cuarenta y cinco mil) toneladas las emisiones de CO2, y rebajar en 13 millones de euros la factura eléctrica.
Comparecencia de Aranzadi y Cel Fosc en el Parlamento Vasco
La situación de descontrol y excesos en el desarrollo de los alumbrados de exteriores, tanto públicos (calles, carreteras, monumentos) como privados (empresas, centros comerciales, carteles publicitarios, etc.) se debería tomar en consideración y corregirse. Para ello sería conveniente una ley, que orientando los usos del alumbrado hacia formas respetuosas con el entorno, poco contaminantes, lograría simultáneamente una clara mejora de la eficiencia energética y del ahorro. El Parlamento Vasco inició la elaboración de una ley de ese tipo en la pasada legislatura, pero quedó sin terminar. Leyes de control del alumbrado exterior se han aprobado a partir de 2001 en otras Comunidades: Cataluña, Navarra, Cantabria, Baleares, Andalucía.
Ahora se plantea retomar en Euskadi la preparación de esa ley. El pasado 19 de febrero, a petición de la Comisión de Medio Ambiente, comparecimos en el Parlamento Vasco en representación de la Sociedad Aranzadi (pero también en nombre de la Asociación contra la Contaminación Lumínica, y de cinco asociaciones astronómicas del País Vasco). En esa comparecencia expusimos los diversos inconvenientes, tanto medioambientales, como económicos, como de salud, que acarrea el alumbrado incorrecto hoy día. E hicimos hincapié en los aspectos clave que deben tenerse en cuenta para resolver el problema de la contaminación lumínica, y conseguir el óptimo de eficiencia energética en iluminación. También señalamos que las leyes aprobadas hasta ahora en otras regiones no están teniendo debidamente en cuenta dichas claves, especialmente en lo que se refiere a evitar emisiones innecesarias de luz hacia la atmósfera, y en ajuste de las potencias correctas de iluminación; y que si el Parlamento Vasco saca adelante una ley, debería evitar caer en los errores que tienen esas leyes, y que las pueden hacer incapaces de solucionar realmente el problema.