Hoy se han entregado en Madrid las bolsas de investigación For Women in Science L'Oréal-Unesco a investigadoras españolas menores de 40 años, que trabajan en campos como el cáncer, la inteligencia artificial y la ecología.
El programa L’Oréal-UNESCO For Women in Science ha entregado hoy en Madrid sus premios a las investigaciones realizadas por cinco científicas españolas menores de 40 años, que trabajan en las áreas de ciencias de la vida y el medioambiente
El objetivo de esta iniciativa es dar visibilidad, reconocer y apoyar el trabajo de las investigadoras y alentar el interés por la ciencia entre las mujeres más jóvenes bajo el lema El Mundo necesita Ciencia y la Ciencia necesita Mujeres.
Esta es la 17 edición de estas becas, dotadas de 15.000 euros cada una, que alternan los campos de especialización entre las ciencias de la vida y las ciencias de la materia.
El párkinson es una de las enfermedades neurodegenerativas con mayor incidencia en España y aún no se comprende su causa ni sus mecanismos de progresión. Por lo tanto, uno de los mayores desafíos en la su investigación reside en identificar sus causas y cómo se desarrolla en el cerebro. Este es precisamente el foco del proyecto de Patricia González (Cádiz, 1983), investigadora de la Universidad de Sevilla /Instituto de Biomedicina de Sevilla, que se ha marcado como objetivo de su investigación entender mejor la fisiopatología de la dolencia y contribuir al desarrollo de nuevas terapias que mejorarán la calidad y esperanza de vida de los pacientes.
Por su parte, Amaia Arruabarrena-Aristorena (San Sebastián, 1987), de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), se ha centrado en el estudio de alteraciones cooperativas en reguladores de la cromatina, es decir de la estructura condensada de nuestro ADN, relacionadas con el desarrollo del cáncer. El objetivo de la científica es sentar las bases de la regulación epigenética en el cáncer de mama, con el fin último de obtener una visión dirigida a la implementación de terapias personalizadas para los pacientes.
Esta no es la única investigación galardonada este año en este campo, ya que el proyecto de la doctora Cristina Viéitez (León, 1984) del Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG) de Salamanca, se centra en las histonas, unas proteínas que empaquetan los dos metros de ADN en el núcleo microscópico de nuestras células y cuyo mal funcionamiento está detrás de enfermedades como el cáncer. Los resultados de su proyecto tienen gran potencial en el campo de la epigenética, con la finalidad de reducir los nocivos efectos secundarios de los tratamientos actuales.
El siglo XXI plantea retos ambientales y médicos, que requerirán enfoques innovadores para su resolución. El diseño de proteínas con propiedades personalizadas será clave para lograr soluciones en campos como la biomedicina o el medioambiente.
En este ámbito, se enfoca la investigación de Noelia Ferruz (Zaragoza, 1988) en el Instituto de Biología Molecular de Barcelona. La doctora centra su trabajo en el uso de técnicas avanzadas de inteligencia artificial para el procesamiento de lenguaje. Su proyecto constituye una forma fundamentalmente nueva de generar proteínas con funciones a la carta, que podrán usarse para el tratamiento de enfermedades o para paliar los efectos del cambio climático.
Por último, el proyecto de investigación de Nuria Galiana (Tortosa, 1988), científica en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, estudia la influencia de las interacciones bióticas entre las especies para la distribución espacial de estas en el mundo, un campo emergente que está evolucionando muy rápido. El objetivo principal de su proyecto es generar conocimiento para poder diseñar estrategias de conservación informadas; es decir, entender cómo cambian los ecosistemas y cómo se ven afectados por el cambio climático para, posteriormente, poder diseñar estrategias de conservación más efectivas.