Inspirándose en los conceptos de calidad del hábitat natural y corredor ecológico, investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han desarrollado una metodología para estudiar y mejorar la movilidad peatonal en las zonas urbanas. Con esta técnica se ha propuesto una red optimizada de corredores peatonales en Vitoria (País Vasco), pero se podría aplicar también en otras ciudades.
Investigadores del Centro de Investigación del Transporte (TRANSyT) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y de la Universidad de Gante (Bélgica) han utilizado las metodologías de calidad de los hábitats para especies que se usan en ecología para introducir por primera vez el concepto de ‘calidad del hábitat para los peatones’ y proponer una nueva metodología que permita realizar una priorización de las calles para mejorar ese hábitat en las ciudades.
Los resultados de este trabajo, publicados en la revista Sustainable Cities and Society, demuestran que este procedimiento puede suponer una valiosa herramienta para que los planificadores urbanos puedan priorizar los esfuerzos a la hora de mejorar la movilidad peatonal.
La Carta Europea de los Derechos del Peatón afirma que los peatones tienen derecho a un medio ambiente sano donde no se priorice la movilidad motorizada. Sin embargo, durante el siglo pasado, las ciudades se han visto sometidas a procesos de fragmentación urbana mediante la implementación de diseños que deterioran y disminuyen las zonas urbanas destinadas a los peatones y aumentan los obstáculos para caminar en la ciudad.
De forma similar a lo que ha venido ocurriendo en las ciudades con el deterioro de los espacios públicos, el entorno natural también ha sufrido procesos de degradación de los hábitats como consecuencia del creciente uso humano.
En las últimas décadas se han desarrollado un gran número metodologías que usan modelos de calidad del hábitat para evaluar su degradación y proponer intervenciones para priorizar los esfuerzos a realizar en la conservación. Una de las intervenciones más utilizada es la creación de corredores ecológicos que permiten conectar diferentes parches de hábitat que, de otra manera, estarían aislados.
Con esta idea, los investigadores han llevado a cabo el estudio con el objetivo de crear una analogía entre los conceptos de hábitat en el entorno natural y el de hábitat para los peatones en la ciudad.
Los modelos de calidad de hábitat en el entorno natural incluyen los factores que influyen a la especie a la que se esté estudiando. Ejemplos de estos factores son los usos del suelo, la topografía, la distancia a las carreteras y las perturbaciones humanas.
“En nuestro trabajo hemos propuesto tratar las calles como el hábitat de los peatones, por lo que los factores considerados para crear el modelo de calidad del hábitat de los peatones han sido los principales factores físicos que caracterizan las calles y pueden afectar a los peatones, como pueden ser la intensidad de tráfico, la pendiente y la vegetación” señala Javier Delso, uno de los autores.
“En el trabajo también nos proponíamos identificar los corredores peatonales de la ciudad con mayor potencial de mejora –añade–. Es importante señalar que el objetivo de la metodología no era proponer el establecimiento de calles peatonales aisladas, sino la creación de una red mejorada de corredores peatonales a semejanza de los corredores ecológicos utilizados en el entorno natural”.
Las calles de Vitoria-Gasteiz se clasificaron en cuatro clases en función de la prioridad en la intervención. / J. Delso et al.
Como caso de estudio para probar la metodología se escogió una ciudad de tamaño medio como es Vitoria-Gasteiz, en el País Vasco. La utilización del concepto de calidad de hábitat permitió identificar una serie de calles en las que las intervenciones de mejora pueden tener un mayor impacto para establecer la red de corredores peatonales.
Asimismo, estas calles se clasificaron en cuatro clases en función de la prioridad en la intervención. El resultado principal es un mapa de calles prioritarias para la acción que clasifica las calles donde las mejoras en los factores ambientales físicos podrían ofrecer el mayor beneficio para promover una red peatonal.
“Hemos demostrado la aplicabilidad de esta metodología, que podría ser útil para los planificadores urbanos a la hora de detectar calles prioritarias para llevar a cabo acciones en las que la inversión podría ofrecer el máximo beneficio para mejorar la movilidad de los peatones” concluyen los investigadores.
Este estudio se ha realizado en el marco del proyecto propio de la UPM Desarrollo de Aplicaciones SIG para la Implementación de Indicadores de Fragmentación Urbana y Mejora de la Movilidad y del proyecto DESPACIO, financiado por el Programa Estatal de I+D+i Orientado a los Retos de la Sociedad.
Referencia:
Javier Delso, Belén Martín, Emilio Ortega, Nico Van De Weghe. “Integrating pedestrian-habitat models and network kernel density estimations to measure street pedestrian suitability”. Sustainable Cities and Society 51, 2019. DOI: 10.1016/j.scs.2019.101736