Consiguen plantas resistentes a diferentes virus inhibiendo un único gen

Científicos del CSIC han desarrollado un método para generar variedades de cucurbitáceas (que agrupa especies como el melón, el pepino, la sandía o las calabazas) resistentes a varias enfermedades virales. El método se basa en la silenciación de un gen propio de la planta, de forma que no se introduce ningún elemento ajeno a la propia especie, lo que reduce las posibilidades de que haya repercusiones inesperadas.

Plántulas de melón inoculadas con virus. A la izquierda, planta no resistente; a la derecha, planta resistente. Imagen: CSIC
Plántulas de melón inoculadas con virus. A la izquierda, planta no resistente; a la derecha, planta resistente. Imagen: CSIC.

Evitar que un virus se multiplique dentro de un organismo y así evitar su infección es una estrategia estudiada en la lucha contra enfermedades especialmente virulentas o para las cuales no existe vacuna, como el VIH. Algo similar se puede realizar con las plantas, con el fin de conseguir variedades resistentes a las enfermedades víricas para las que no hay tratamiento.

Es lo que ha hecho un grupo de investigadores del CSIC en el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS). Los científicos han desarrollado un método para generar variedades de cucurbitáceas (que agrupa especies como el melón, el pepino, la sandía o las calabazas) resistentes a varias de las enfermedades víricas que les afectan.

El método está basado en inducir el silenciamiento de un gen de las plantas que los virus necesitan para replicarse. Este gen codifica una proteína que el virus utiliza en su propio beneficio para multiplicarse en las células de la planta. La proteína es una pieza necesaria para que funcione la maquinaria de multiplicación del virus: si no existe la proteína -porque el gen que la codifica está silenciado- el virus no puede dar pie a la infección.

La peculiaridad de un método así es que obtiene una planta mejorada genéticamente sin introducir ningún elemento ajeno a la propia especie (es lo que técnicamente denominan cis-génicos) de forma que “se reducen las posibilidades de que haya repercusiones inesperadas”, explica Miguel A. Aranda, profesor de investigación del CSIC y líder del este proyecto.

Otro aspecto interesante del desarrollo es que el gen silenciado es el que utilizan varios virus para su replicación, de forma que inhibir su expresión sirve para proteger a la planta de varias enfermedades, sin necesidad de tratamientos adicionales. Por el momento, los investigadores han centrado sus experimentos en el melón, al tratarse de su especialidad, y de las nueve enfermedades virales que han probado en las plantas mejoradas, en cuatro de ellas las plantas no enfermaban.

Las cucurbitáceas agrupan especies de gran interés económico, como el melón, el pepino, la sandía o la calabaza, que se cultivan en los países cálidos, pero las diversas enfermedades víricas que las afectan causan pérdidas económicas muy importantes. Se calcula que cada año se puede perder entre un 10 y un 15% de las cosechas por enfermedades víricas de las plantas y, en el caso concreto del melón, del cual España es un gran exportador, entre un 5 y un 10 % anual. Según datos del anuario General de Estadística del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural, en el año 2008 se produjeron en España 1.042 millones de toneladas de melón, cuyo valor se estima en 438 millones de euros.

Fuente: CSIC
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