Un equipo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha logrado probar la relación entre salud percibida y estilos de personalidad. La clave ha sido el uso de un armazón teórico integrador: el modelo de personalidad de Theodore Millon
El trabajo, dirigido por la profesora Virginia Dresch, ha conseguido evidenciar que existe una relación entre la salud percibida por los individuos y los estilos de personalidad. En concreto, el grupo de investigación de la UCM ‘Estilos Psicológicos, Género y Salud’ ha encontrado que aquellas personas con un estilo de personalidad más flexible y adaptativa son también las que dicen gozar de una buena salud, física y psicológica, pocas dolencias, etc. Este estilo de personalidad se caracteriza por rasgos como la extroversión, la propensión a actuar para modificar su entorno, etc. Y al contrario: aquellos
que declaran tener peor salud, suelen tener un estilo de personalidad menos adaptativo.
Hasta la fecha, la evidencia encontrada en la relación entre personalidad y salud o enfermedad era excesivamente débil. Diversos estudios consideran que esto podría deberse a que las categorías analizadas fueran demasiado heterogéneas o, por el contrario, a que se centraran tan sólo en rasgos aislados de la personalidad. Sin embargo, en este trabajo sí se ha encontrado una evidencia clara, lo que se debe, según explica Virginia Dresch, a la utilización de un enfoque hasta la fecha muy poco utilizado en el estudio de las relaciones entre factores psicológicos y salud: el modelo de personalidad de Theodore Millon, que se caracteriza por ser un modelo integrador. A este respecto, Dresch afirma: “Sin duda la clave de este trabajo es el uso de este modelo de personalidad, que nos permite interpretar teóricamente lo que nos indican los datos empíricos”.
Principios evolutivos de Darwin
El modelo de personalidad que Theodore Mill desarrolló en los años 60 y reformuló en los 90 incorpora los principios evolutivos propuestos por Darwin y son utilizados por este psicólogo para comprender la adaptación psicológica de los sujetos al entorno. Así, la personalidad se entiende como una forma más o menos adaptativa que se manifiesta de manera casi automática en todas las áreas de la actividad psicológica. Según explica Virginia Dresch, “al ofrecernos instrumentos de medida que parten de un modelo teórico, podemos analizar de manera integrada los estilos de personalidad y la relación entre ellos, ofreciéndonos un referencial para interpretar lo que ocurre en el interior de las personas”.
Para la realización del estudio se ha utilizado una muestra de 300 participantes (con igual número de hombres y mujeres), de la zona metropolitana de Lisboa, en Portugal, sobre los que se midieron las variables de personalidad, salud física (dolencias y salud percibida), y salud psicológica (ansiedad, autoestima y satisfacción personal). Según concluyen sus resultados, “una personalidad mal adaptada, entendida como tendente a experimentar emociones negativas de forma pasiva, con una inestabilidad emocional de fondo, y con tendencia a inhibir esas emociones en la interacción social constituye un caldo de cultivo para una peor salud. Por otro lado, los estilos de personalidad asociados con buena salud se caracterizan por hacer frente a los eventos vitales con optimismo y determinación, utilizando a los demás como fuente de información y manteniendo relaciones interpersonales basadas en la autoconfianza”.
Los resultados de este trabajo pueden ser muy útiles para la elaboración de políticas de prevención de la salud, así como para la práctica profesional en este ámbito, incluyendo la personalidad como uno de los pilares más importantes en el tratamiento de la enfermedad. Es importante tener en cuenta que los estilos de personalidad pueden proteger la salud o hacerla más vulnerable, y así, utilizar este conocimiento en la práctica clínica a través de una labor multidisciplinar en la que pueden participar médicos, psicólogos, enfermeros y sociólogos, para dotar al individuo de técnicas más adaptativas, como estrategias activas para afrontar las adversidades, expresión de las emociones negativas, etc.
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Referencia bibliográfica:
» V. Dresch; M.P. Sánchez-López; M. Aparicio-García. “Personality styles that either protect or make individuals’ health more vulnerable in a Portuguese sample”. Social Behavior and Personality, 36 (10), 1411-1422, 2008.
Sobre el modelo de Theodore Millon:
» Millon, T. “It’s time to rework the blueprints: building a science for clinical psychology”. American Psychologist, 58(11), 949-961. (2003).
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