El desastre ocurrido en Valencia ha traído consigo una riada de noticias falsas que han circulado por redes sociales y medios. La urgencia por obtener respuestas nos lleva a confiar en información emocionalmente impactante, aunque no provenga de fuentes fiables. La psicología cognitiva explica cómo el miedo y la búsqueda de certeza impulsan la difusión de estos contenidos y subraya la importancia del pensamiento crítico para enfrentar la incertidumbre con responsabilidad y solidaridad.
La denominada ‘ilusión de causa-efecto’ es un sesgo por el que las personas validamos supersticiones o pseudociencias. Una falsa relación muy extendida entre la población. Un equipo de investigadores ha desarrollado y aplicado un taller sencillo de metodología y pensamiento científico y ha mostrado que, si se realiza en centros educativos, disminuye un 78 % estas falsas creencias a corto y largo plazo.
Las personas de este colectivo, que representan alrededor del 1 % de la población mundial, no sienten atracción sexual, pero esto no es un trastorno ni una fase transitoria. Es una orientación sexual, avalada por la ciencia, que ha sido invisibilizada y discriminada desde hace tiempo. Así lo recoge el white paper que acaban de presentar las asociaciones PRISMA y ACEs durante el Orgullo 2024.
Los esfuerzos de la comunidad científica por aclarar los ahora llamados ‘fenómenos anómalos no identificados’ se suelen centrar en aspectos físicos, como la aceleración o maniobrabilidad de los objetos observados. Pero su avistamiento también provoca un efecto transformador y una forma benigna de interés obsesivo no patológico en las personas que los ven, según la encuesta que ha realizado a casi un centenar de ellas un investigador de la Universidad de Cádiz.
Es conocido que los algoritmos a menudo reflejan los errores y prejuicios de sus creadores, pero también puede ocurrir lo contrario: que personas aconsejadas por una IA sesgada adapten sus decisiones a lo que recomienda el agente artificial, incluso cuando ya no cuentan con su asistencia. Así lo revelan experimentos realizados en la Universidad de Deusto.
Mattel ha regalado sus famosas muñecas a 700 centros de primaria británicos dentro de un programa llamado Escuela de la Amistad Barbie. Según la empresa, está basado en investigaciones neurocientíficas para enseñar empatía a niños y niñas. Sin embargo, los críticos se muestran preocupados por la mercadotecnia manifiesta de la iniciativa, así lo afirma un artículo periodístico de investigación publicado en The BMJ.
¿Podemos percibir el silencio como los sonidos? La respuesta a esta cuestión filosófica es afirmativa, según varias pruebas de ilusión auditiva llevadas a cabo por psicólogos de la Universidad Johns Hopkins en EE UU.
Una revisión bibliográfica liderada por la Universidad Complutense de Madrid y el CIBER de Salud Mental profundiza en el riesgo de repetición en el intento de suicidio de personas atendidas en los servicios de urgencias. Ser mujer, presentar métodos más graves en ese primer intento o tener distintos diagnósticos de salud mental aumentan la probabilidad de repetición.
Durante las videollamadas se producen menos ideas creativas que en persona, según un nuevo estudio que destaca que la calidad de las mismas sin embargo se mantiene. La razón es que la comunicación se centra en una pantalla, lo que reduce el enfoque cognitivo y la generación de ideas. En cambio, otros trabajos colaborativos no se ven afectados, e incluso parece que salen beneficiados por las condiciones virtuales.
Pocos saben cómo definir la atención, sin embargo, todos quieren hacerse con ella. Dice Charo Rueda, catedrática de psicología de la Universidad de Granada, que esta capacidad cognitiva se ha convertido en uno de los productos más cotizados del mercado y que la pugna por captarla nos provoca dispersión mental hacia temas que ni nos van ni nos vienen.