Demuestran que las personas que padecen parkinson expresan menos la ira

Investigadores de la facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid han realizado un trabajo que demuestra que los pacientes con enfermedad de parkinson cuentan con niveles más bajos de expresión externa de la ira, así como mayores niveles de control de la misma. Estos resultados apoyan la idea de que las personas afectadas por esta dolencia tienen una tendencia a un tipo de personalidad estoica.

Cerebro afectado por enfermedad de Parkinson
Imágenes de perfusión en un paciente con enfermedad de parkinson. Foto: Universidad de Harvard (EE UU).

El estudio se suma a otros sobre las relaciones entre ira y hostilidad. Los últimos hallazgos de la investigación en psicología de la salud indican que la ira y la hostilidad contribuyen al origen y el desarrollo de muchos trastornos médicos comunes como la hipertensión, la enfermedad coronaria o el cáncer. Estos descubrimientos indican también que la intensidad de la ira experimentada y la vía por la que se expresa (externa o interna) constituyen variables críticas. A este respecto, se entiende por ira interna aquella que se tiende a suprimir o que se dirige hacia el propio sujeto, mientras que la ira externa se suele dirigir hacia otras personas u objetos del entorno.

Para realizar este trabajo, los científicos han evaluado una muestra de 126 pacientes con enfermedad de parkinson y otros 126 sin ella, como grupo de control, con edades y sexos similares. Los pacientes de parkinson obtuvieron puntuaciones más bajas que el grupo de control en las variables Estado de Ira, Rasgo de Ira, Expresión Externa e Índice de Expresión de la Ira. Sin embargo, puntuaron más alto en la Expresión Interna de la Ira, el Control Externo y el Control Interno de la misma. Estas diferencias se daban con independencia de la edad, el sexo y los síntomas de depresión.

La enfermedad de parkinson es una enfermedad neurológica que afecta fundamentalmente a las zonas del cerebro encargadas de coordinar y controlar la actividad motora. Se caracteriza especialmente por unos síntomas denominados “mayores”, como el temblor, la rigidez, la acinesia (trastorno del movimiento), la bradicinesia (lentitud del movimiento), los problemas del equilibrio y de la marcha. Pero también existen otros síntomas conocidos como “menores”, como la micrografía (escritura lenta y con trazos pequeños), la disminución del parpadeo, el freezing (congelamiento al iniciar la marcha), la fatiga, la disfunción cognitiva, los trastornos del sueño, etc.

También son comunes los desórdenes emocionales, que pueden afectar de manera tan importante como lo hacen los problemas motores. La enfermedad de parkinson se ha asociado con rasgos de la personalidad previos a la aparición de la misma, como alto grado de ansiedad, tendencia a la depresión, escasa expresión de las emociones negativas, estoicismo y rigidez, pero hasta ahora no se había estudiado su relación con la ira y su expresión.

Referencia bibliográfica:

A. Cano Vindel; & Y. Macias (2002). "Ansiedad, ira y tristeza-depresión en la enfermedad de Parkinson". Ansiedad y Estrés 8: 245-255, 2002.

Y. Macías; J. Benito León; E.D. Louis; A. Cano Vindel. "Anger in Parkinson’s disease: A Case-Control Study". Movement Disorders 23: 195-199, 2007.

J.J. Miguel-Tobal; M.I. Casado; A. Cano Vindel; C.D. Spielberger. Inventario de Expresión de Ira Rasgo-Estado –S.T.A.X.I-II. Madrid. TEA Ediciones, 2001.

Enlace de interés:

Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS). www.ucm.es/info/seas

Fuente: UCM
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