El gen ‘Robo1’ frena la expansión de los axones cuando se aproxima a su destino en la corteza cerebral. El hallazgo, publicado en la revista Nature Neuroscience, ayudará a comprender la naturaleza de enfermedades como la epilepsia y la esquizofrenia.
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han descubierto un mecanismo que controla el crecimiento de los axones –prolongaciones de las neuronas especializadas en conducir el impulso nervioso– hasta que logran establecer su conexión.
El trabajo, publicado en la revista Nature Neuroscience, revela que el gen Robo1 es el encargado de frenar la expansión de los axones cuando están alcanzando su destino en la corteza cerebral.
Guillermina López‐Bendito, responsable del trabajo e investigadora del Instituto de Neurociencias de Alicante, compara este mecanismo con “un coche que circula velozmente por la autovía y empieza a frenar a medida que se acerca a su destino”.
Gracias a la proyección axonal, las neuronas son capaces de transmitir la información visual, somatosensorial y auditiva que recibe el tálamo hacia las regiones concretas de la corteza cerebral dedicadas a procesar cada tipo de estímulo.
“Sin embargo, en la actualidad todavía se desconocen la gran mayoría de los mecanismos moleculares que permiten a los axones atravesar diversas regiones del cerebro y alcanzar su destino concreto”, explica la investigadora.
Un importante avance
Una serie de impulsos eléctricos espontáneos dirigidos por la propia neurona la mantienen en estado embrionario y, por lo tanto, en crecimiento. Cuando los axones se acercan a la corteza cerebral, donde estas células enviarán sus señales, el gen Robo1, impulsado por una alteración de estas mismas señales eléctricas, aumenta su expresión y ralentiza el crecimiento del axón.
López‐Bendito considera que se trata de “un avance muy significativo a la hora de entender la formación de las conexiones del cerebro”. Además, “ayudará a entender las bases moleculares de enfermedades en las que dicha formación se ve afectada, como la epilepsia y la esquizofrenia, y diseñar acciones de reparación y regeneración del tejido neuronal”, concluye.
Referencia bibliográfica:
Erik Mire, Celilia Mezzera, Eduardo Leyva‐Díaz, Ana V. Paternain, Paola Squarzoni, Lisa Bluy, Mar Castillo‐Paterna, María José López, Sandra Peregrín, Marc Tessier‐Lavigne, Sonia Garel, Joan Galcerán, Juan Lerma y Guillermina López‐Bendito. “Spontaneous activity regulates Robo1 transciption to mediate a switch in thalamocortical axón growth”. Nature Neuroscience, DOI: 10.1038/nn.3160