Descubren los secretos de las sabanas costeras de la Guayana Francesa

Un grupo interdisciplinar de investigadores europeos ha revelado que los miles de pequeños montículos que salpican las sabanas costeras de la Guayana Francesa son vestigios de un sistema agrícola precolombino construido hace unos 900 años.

Descubren los secretos de las sabanas costeras de la Guayana Francesa
Foto: Sean McCann.

El estudio señala que tras el abandono de los sistemas agrícolas, estas islas que se inundan estacionalmente fueron colonizadas posteriormente por otros organismos (animales y plantas) que han conservado estas pequeñas estructuras elevadas hasta la actualidad.

“Este ejemplo de paisaje modelado por el hombre y después conservado por la naturaleza podría ayudarnos a diseñar sistemas agrícolas ecológicamente intensivos”, explican los expertos. Los resultados de la investigación aparecen en la versión on-line de abril de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS, por sus siglas en inglés).

La llanura costera de la meseta guayanesa, desde la isla Cayena hasta Guayana, está salpicada con miles de pequeños montículos que, a primera vista, parecen ser montículos de tierra comunes. Estudios de arqueología realizados a finales de los años 80 ya habían demostrado que estas estructuras habían sido creadas por humanos.

“Estos ecosistemas autoorganizados son los depósitos del legado ecológico de los habitantes precolombinos de la Amazonia. La técnica agrícola de los campos elevados, hoy prácticamente olvidada, podría ser una fuente de ideas para el diseño de sistemas agrícolas ecológicamente intensivos”, apunta el estudio.

Construidos y explotados entre el 650 y el 1250 dC

La investigación confirma ante todo que fueron agricultores precolombinos los que construyeron estos grandes complejos de campos elevados en las sabanas guayanesas. "Los agricultores amerindios construían montículos para que el suelo tuviera buen drenaje, lo que permitía una agricultura sedentaria intensiva. De este modo, aplicaron ingeniería agrícola de una manera eficiente para poder explotar unas tierras que hoy son consideradas como no aptas para el cultivo”,

El análisis de dos tipos de microfósiles de plantas, fitolitos encontrados en los montículos y granos de almidón hallados en fragmentos de utensilios de cocina de cerámica descubiertos en antiguos poblados amerindios, mostró que estos agricultores cultivaban al menos tres plantas: maíz, yuca y calabaza.

Al construir estas islas de buen drenaje, los amerindios crearon una heterogeneidad entre las partes elevadas y bien drenadas de estos paisajes. “Estos resultados muestran cómo algunos ecosistemas se han conservado durante siglos y nos ayudan a entender mejor la historia de la biodiversidad amazónica”, concluye el estudio.

El equipo de investigación está dirigido por Doyle McKey, ecologista del Centro de Ecología Funcional y Evolutiva (CNRS / Universidad de Montpellier, Francia) y Stéphen Rostain, arqueólogo de la unidad de investigación de Arqueología de las Américas (CNRS / Universidad de París 1). Asimismo, incluye a otros 20 especialistas en arqueología, arqueobotánica, paleoecología, edafología, ecología e imágenes aéreas, provenientes de varias instituciones de Francia y otros países europeos.

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Referencia bibliográfica:

Doyle McKeya, Stéphen Rostainb, José Iriartec, Bruno Glaserd, Jago Jonathan Birkd, Irene Holste, Delphine Renarda. ‘Pre-Columbian agricultural landscapes, ecosystem engineers, and self-organized patchiness in Amazonia’, Proceedings of the National Academy of Sciences, on-line 12 de abril de 2010.

Fuente: SINC
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