El grupo de Muerte Celular y Cáncer del Centro de Investigaciones del Cáncer de Salamanca (USAL-CSIC) ha descubierto una nueva ruta inductora de muerte celular programada que impacta significativamente los estudios tradicionales sobre este proceso celular. Según ha comentado Felipe Pimentel-Muiños, jefe del equipo investigador, los resultados han señalado que "la maquinaria de inducción de muerte celular que normalmente se asumía que operaba en la mitocondria es capaz de operar desde otras localizaciones subcelulares de una manera totalmente independiente de la misma".
"Es un granito de arena en el área de los científicos que estudian la muerte celular en mamíferos, pero si es un descubrimiento relevante por sorprendente", señala el científico. Los resultados rompen con el paradigma de que la mitocondria (un órganulo o estructura de la célula cuya principal labor es gestionar la energía de la célula) es central en los procesos de muerte celular programada. Desde el descubrimiento de este proceso, en los años setenta u ochenta, las investigaciones al respecto han llegado a la conclusión que la mitocondria, desde muchos aspectos, es central en el proceso de ejecución de la muerte celular, es el orgánulo que controla el proceso, mientras que los demás que intervienen sólo lo moderan.
El proceso de experimentación se realizó con cultivos de células que provenían de ratones modificados genéticamente y que carecían de las proteínas de la familia Bc12 que intervenien en la regulación mitocondrial de la muerte celular. Los experimentos se centraron en la recuperación de las proteínas en localizaciones subcelulares determinadas, específicamente el retículo endoplasmático. "Esto implica que tiene que haber una vía señalizadora específica independiente que opera en estas células y que está por descubrir", explica el responsable del equipo.
Funcionamiento en el retículo endoplasmático
El estudio describe parte de la maquinaria que funciona a nivel del retículo endoplasmático para hacer avanzar este proceso. Hay implicadas una serie de moléculas que ya se conocían pero que funcionaban en el contexto de otro tipo de respuesta celular como es la respuesta al estrés en el retículo endoplasmático: "Cuando sus funciones se ven comprometidas, el retículo endoplasmático sufre estrés y utiliza una maquinaria para alertar a la célula. Ese mecanismo se asume que favorece la supervivencia del célula porque intenta arreglar el daño".
Los experimentos han desvelado que esa maquinaria en lugar de funcionar para esa supervivencia de la célula, puede funcionar para inducir muerte celular. "De modo que estas moléculas funcionarían como interruptores moleculares que en algunas condiciones induce señales para la supervivencia y en otras para la muerte", acota Pimentel-Muiños. Una de las líneas de investigación que se ha derivado de este primer acercamiento es la de conocer y describir como funciona ese interrruptor.
El científico ha querido señalar que, desde el punto de vista de la aplicación clínica, aún es un estudio básico que busca describir los funcionamientos, pero no descarta la posibilidad de una futura utilidad en el terreno de la farmacología. El conocimiento de ese interruptor celular podría servir para encontrar nuevas vías de tratamiento, "pero aún es ciencia ficción", concluyó. El grupo lleva investigando en el ámbito de la muerte celular desde 2002 y, según comenta Pimentel-Muiños, "hemos llegado a estos resultados casi sin haberlos esperado".