Un equipo de científicos, entre los que se encuentra un investigador español, ha descubierto las primeras evidencias de cómo el antiguo Reino Unido se separó de Europa: el ‘brexit 1.0’. Este hecho ocurrió en dos etapas de inundaciones catastróficas, según un artículo liderado por el Imperial College de Londres. Si no hubiera sido por esos acontecimientos, Reino Unido estaría todavía físicamente unido al continente sobresaliendo hacia el mar de manera similar a Dinamarca.
Hace unos 460.000 años la Tierra estaba en el punto álgido de una glaciación. Esto hizo que más de la mitad de Reino Unido y Escandinavia estuvieran cubiertos por un glaciar enorme que se extendía a través de la parte sur del Mar del Norte y que retenía una gran masa de agua que, una vez fundido al final de la glaciación, se fue a los océanos. En esta época, además, el nivel del mar estaba mucho más bajo que el actual y el clima también era más seco.
“La parte sur del Mar del Norte y el canal de la Mancha no estaban bajo el mar, eran tierra firme. Asimismo, el norte de Francia y el sur de Inglaterra estaban unidos por un muro de caliza que se extendía desde Calais a Dover, a través de lo que hoy se conoce como el estrecho de Dover. Reino Unido no era una isla, sino una península, algo parecido a como es hoy Finlandia”, dice a Sinc el científico español David García Moreno, investigador de la Universidad de Gante (Bélgica) y coautor del estudio que publica la revista Nature Communications.
En ese contexto, el agua proveniente de los ríos europeos que desembocan en el Mar del Norte quedaba bloqueada en el sur y el este por el continente, en el norte por el glaciar y en el oeste por la cresta de caliza que unía Inglaterra y Francia. “Esto hizo que en ese período se formara un lago enorme y el muro de caliza que unía Francia e Inglaterra actuaba como una presa. Es decir, el excedente de agua se desbordaba por allí, formando grandes cataratas”, explica el geólogo.
Esta hipótesis, conocida desde hace años, no se había probado hasta ahora. Para demostrarla, García Moreno y el resto del equipo científico tomaron nuevos datos de sísmica de reflexión y batimetría en el estrecho de Dover, con el objetivo de estudiar unos gigantescos valles submarinos, conocidos como las Fosses Dangeard, que están enterrados en el fondo oceánico.
Estas oquedades tienen varios kilómetros de diámetro y alrededor de 100 metros de profundidad y fueron perforados en roca sólida. “El análisis de nuestros datos ha revelado que esos agujeros son en realidad piscinas naturales formadas al pie de grandes cascadas, demostrando así la teoría”, enfatiza el científico.
La grava suelta y la arena que llenaba estas piscinas provocaron que cuando los ingenieros estaban trazando la ruta del túnel del canal de la Mancha tuvieran que moverla para evitar estos valles. En 1985, un geólogo marino llamado Alec Smith, del Bedford College de Londres, propuso por primera vez que estos agujeros fueron creados por antiguas cascadas, pero la falta de evidencias supuso que sus afirmaciones fueran en gran medida olvidadas. Ahora, los autores de este estudio confirman que estaba en lo cierto.
Vista 3-D en perspectiva de batimetría del estrecho de Dover / Imperial College de Londres
Inundaciones catastróficas para el primer ‘brexit’ de la historia
El muro que unía Francia con Inglaterra cedió en algún momento durante esa glaciación, rompiéndose, lo que dio lugar a una inundación catastrófica del canal de la Mancha. En ese momento, grandes volúmenes de agua escaparon por la brecha abierta arrasando y arrastrando todo lo que encontraron por delante.
“A este tipo de inundación catastrófica se la conoce como megaflood, algo parecido a lo que pasaría si una presa se rompe. Ese fue el inicio de la abertura del estrecho de Dover, en otras palabras, el primer brexit de la historia”, subraya el experto. Si no hubiera sido por ese evento, quizás Reino Unido estaría todavía físicamente unido al continente sobresaliendo hacia el mar de manera similar a Dinamarca.
A lo largo de la investigación los científicos hallaron evidencias de que al menos otra de estas inundaciones catastróficas inundó el canal de la Mancha, ayudando así a formar el estrecho de Dover como se conoce actualmente.
Según apunta García Moreno, “los datos batimétricos muestran que el suelo marino está lleno de pequeñas cascadas, incisiones alargadas y otros rasgos geomorfológicos típicos de terrenos erosionados por megafloods. Algunos de estos están grabados en el sedimento que rellena las Fosses Dangeard, demostrando así que el segundo megaflood ocurrió mucho después del primero”.
La edad de este segundo fenómeno es incierta. Reconstrucciones paleogeografías indican que el Mar del Norte y el canal de la Mancha también estuvieron emergidos durante las dos siguientes glaciaciones. Por tanto, una ocurrió hace entre 350.000 y 130.000 años y la última tuvo lugar hace entre 110.000 y 10.000 años.
“La segunda megaflood tuvo lugar probablemente durante el máximo glacial de una de esas dos glaciaciones. La edad exacta del primer y segundo evento está todavía por demostrar. En las siguientes etapas del estudio intentaremos perforar el sedimento que rellena las Fosses Dangeard, para resolver este enigma”, destaca.
Diez años de estudios
El equipo de investigación ha tardado diez años en revelar estas evidencias, pero al unir todas las piezas del rompecabezas geológico, ahora está más seguro de lo que pudo haber causado el megaflood del canal de la Mancha hace miles de años.
Vista nocturna de Reino Unido / NASA
"La ruptura de este puente terrestre entre Dover y Calais fue sin duda uno de los acontecimientos más importantes de la historia británica, ayudando a dar forma a la identidad actual de nuestra nación como isla. Cuando finalizó la era del hielo y el nivel del mar subió, inundando el suelo del valle para siempre, Reino Unido perdió su conexión física con el continente. Sin esta dramática brecha seguiría siendo parte de Europa continental. Este es el brexit 1.0, uno que nadie votó", asevera Sanjeev Gupta, coautor del trabajo en el departamento de Ciencias de la Tierra e Ingeniería del Imperial College de Londres.
El siguiente paso de la investigación será tomar muestras de los sedimentos de las piscinas de inmersión, para analizarlos y determinar el momento de la erosión y relleno de estos gigantescos agujeros.
Crear un calendario con las fechas de tales eventos les permitiría aprender más sobre la evolución distintiva de Reino Unido, en comparación con la Europa continental. Sin embargo, este es el verdadero desafío para el equipo, ya que obtener muestras de sedimentos en el estrecho de Dover significa lidiar con enormes cambios en las mareas y atravesar la ruta marítima más activa del mundo.
¿Podría volver a ocurrir?
Un grupo de ingenieros encontró por primera vez pruebas de la piscina de inmersión cuando estaban llevando a cabo estudios geológicos del fondo marino del estrecho de Dover en los años 60. Nadie sabía lo que las causaba entonces.
Este Estrecho se sigue abriendo por acción de las olas y las mareas, que van poco a poco erosionando los acantilados a ambos lados. Otros episodios como los anteriores descritos no podrían darse porque ya no existe la barrera que unía Gran Bretaña con Europa continental.
“Sin embargo, en el caso de que entráramos en otro periodo glacial dentro de miles o cientos de miles o millones de años, esta zona podría emerger de nuevo y otros lagos podrían formarse y quizás, quien sabe, producir nuevos megafloods en el canal de la Mancha”, concluye García Moreno.
Referencia bibliográfica:
Sanjeev Gupta, Jenny Collier, David Garcia-Moreno, Francesca Oggioni, Alain Trentesaux, Kris Vanneste, Marc De Batist, Thierry Camelbeeck, Graeme Potter, Brigitte Van Vliet Lanoe, John C.R. Arthur. “Two-stage opening of the Dover Strait and the origin of island Britain” Nature Communications.
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