Un equipo de investigadores del Instituto de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), ha revelado que el virus de la fiebre del Nilo Occidental (West Nile), un agente infeccioso que afecta a aves, humanos y equinos, está presente en la región del Mediterráneo Occidental desde hace más de catorce años y producir brotes esporádicos. El incremento de la temperatura media favorece que el vector principal, el mosquito común, aumente sus poblaciones y persista más tiempo a lo largo del año.
El virus del Nilo Occidental o West Nile se ha convertido en el virus transmitido por insectos más extendido del planeta. A pesar de su origen tropical, ha causado brotes importantes en zonas muy áridas y en regiones extremadamente frías. Esta expansión reciente y rápida podría estar relacionada con el cambio climático”, explica Miguel Angel Jiménez Clavero, científico del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA) del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), y coautor del trabajo.
El equipo de investigadores del INIA que dirige Jiménez ha confirmado que el virus, un agente infeccioso que provoca síntomas neurológicos y la muerte de algunas aves rapaces en peligro de extinción como el águila imperial ibérica, podría estar presente de forma permanente en los países del Mediterráneo Occidental (Francia, Italia, Marruecos, Portugal y España) y producir brotes de la enfermedad esporádicamente.
Los resultados, publicados recientemente en la revista Virology, contradicen la hipótesis más aceptada hasta ahora por los científicos de que cada repunte de fiebre del Nilo Occidental en Europa procede de la introducción independiente del microorganismo desde el África Subsahariana, donde se detectó por primera vez. El virus puede viajar de un continente a otro a través de la migración de aves.
El estudio, realizado en colaboración con el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) y el Centro de Estudios de Rapaces Ibéricas CERI, también confirma que el agente infeccioso encontrado en España es menos patógeno comparado con otras cepas. Sin embargo, no se puede descartar un posible brote importante de la enfermedad como está ocurriendo actualmente en Italia, donde después de diez años de latencia el agente infeccioso se ha manifestado de una forma muy virulenta al norte del país.
“En Italia, país en el que se ya se han detectado 28 casos de enfermedad neurológica en humanos y cientos de caballos y aves afectadas, los virus aislados son muy similares genéticamente a otros procedentes de la zona del Mediterráneo Occidental. Ningún país de nuestro entorno está libre de padecer un brote como éste”, señala Jiménez.
Para el investigador, el incremento de la Fiebre del Nilo Occidental en Europa podría estar relacionado con el efecto del calentamiento de la Tierra sobre las poblaciones de mosquitos que actúan como vectores debido a que en temperaturas más suaves los insectos son capaces de sobrevivir más tiempo a lo largo del año y aumenta su ciclo de transmisión.
Al mosquito común de las casas (Culex pipiens), el principal vector de la fiebre por virus West Nile, se le ha unido en los últimos años el mosquito tigre (Aedes albopictus), una especie invasora detectada en España por primera vez en Cataluña en el año 2004 que se ha expandido por el mundo gracias a actividades como el comercio de neumáticos usados o de plantas ornamentales.
La virulencia de los virus
Los científicos del INIA también estudian la virulencia de los virus encontrados España en relación con la de otros de países mediterráneos para entender por qué ocurren epidemias graves como la italiana.
Todavía no se sabe qué es lo que hace a un virus West Nile más patógeno que otro, pero existe una “importante componente ambiental” relacionada con las especies de aves afectadas o de mosquitos transmisores. El estudio de estos modelos permitirá desarrollar nuevas metodologías para mejorar el diagnóstico y la vigilancia de la enfermedad.
En Estados Unidos, el virus West Nile, extendido en todo el país desde 1999, amenaza la supervivencia de algunas rapaces muy emblemáticas como el cóndor de California, “también en peligro de extinción como ocurre con el águila imperial en España”, concluye Jiménez.
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Referencia bibliográfica:
Elena Sotelo, Jovita Fernandez-Pinero, Francisco Llorente, Montserrat Agüero, Ursula Hoefle , Juan M. Blanco, Miguel A. Jiménez-Clavero, “Characterization of West Nile virus isolates from Spain: New insights into the distinct West Nile virus eco-epidemiology in the Western Mediterranean”. Virology 395 (2009) 289–297.