Un equipo internacional de científicos ha descubierto el primer fósil de su tipo en todo el continente Antártico. El nuevo hallazgo, que se ha publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B., proporciona nuevas pruebas que apoyan la teoría de que esa región polar fue mucho más cálida en el pasado.
El equipo, formado por investigadores de la Universidad de Leicester, la Universidad Estatal de Dakota del Norte, el British Geological Survey, la Universidad Queen Mary de Londres y la Universidad de Boston, descubrió el nuevo fósil en los Valles Secos de la Región Antártica Este. Los fósiles (ostrácodos) proceden de un antiguo lago de hace 14 millones de años y presentan un estado de conservación “excepcionalmente bueno”, con toda su anatomía blanda en tres dimensiones.
Mark Williams, profesor del Departamento de Geología de la Universidad de Leicester, ha explicado que “este es un caso excepcional en el registro fósil, ya que se trata del primero de su tipo en todo el Continente Antártico”. Según el investigador, la presencia de ostrácodos en latitud 77 grados sur es un dato “magnífico”. “Las condiciones actuales en la región Antártica muestran unas temperaturas medias anuales de 25ºC bajo cero. En esas condiciones es imposible que se mantenga la fauna de un lago con ostrácodos”, ha señalado Williams.
Los datos que muestra el fósil hacen referencia a un enfriamiento “sustancial y muy intenso” del clima del Antártico tras este intervalo de tiempo. Los científicos piensan que este factor es importante para el seguimiento de la evolución de la plataforma de hielo del Antártico, clave para comprender los efectos del calentamiento global.
“Los ostrácodos fósiles de los Valles Secos indican que existía un lago situado en una latitud elevada, viable para la colonización por animales, lo que demuestra un cambio en el clima de esta región, desde las condiciones de tundra de hace 14 millones de años, hasta el clima continental intensamente frío que se registra en la actualidad”, ha apuntado el investigador inglés.
Existencia casual
Según el equipo de investigación, no existen pruebas que sugieran que existía una fauna generalizada de ostrácodos en la Antártida. “Es muy probable que su introducción se produjera por casualidad, quizás a través de aves migratorias como dispersoras de huevos de ostrácodo fijados a sus plumas o sus patas, lo que ejerce una influencia importante en la distribución moderna de ostrácodos”, ha añadido Williams.
Los ostrácodos fueron descubiertos por el estudiante universitario Richard Thommasson durante el filtrado de sedimento en el laboratorio del Prof. Allan Ashworth en la Universidad Estatal de Dakota del Norte. La investigación ha sido financiada mediante subvenciones del NSF a Allan Ashworth (de NDSU) y Dave Marchant (de la Universidad de Boston).
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