El sector del turismo es una industria que genera cerca del 9% del PIB internacional y crea uno de cada doce empleos en el mundo. Dentro de los lugares predilectos por los viajeros están los parques y reservas naturales. Un informe presentado en el Congreso Mundial de Parques asegura que si esta práctica decrece en las áreas protegidas, repercute de forma negativa en la inversión que los gobiernos destinan a estos espacios naturales.
Las áreas protegidas, como Parques Nacionales y áreas del Patrimonio Mundial de la UNESCO, conforman un gran atractivo para los turistas interesados en explorar las áreas naturales y la vida silvestre en todo el mundo.
Un informe presentado en el Congreso Mundial de Parques en Sídney (Australia) destaca diversos casos de estudio de áreas protegidas y turismo sostenible –desde el Machu Picchu en Perú hasta el Campamento Damaraland en Namibia–, elaborados por más de 50 expertos procedentes de 23 países, así como ejemplos de 45 áreas alrededor del mundo.
Una de sus conclusiones es que el número de visitantes a las áreas protegidas puede convertirse en una herramienta eficaz para la conservación y el desarrollo comunitario “siempre que cuenten con sistemas de gestión buenos y funcionales”, expone el informe.
“La reducción del turismo puede ser una señal de falta de interés político o apoyo popular. Las directrices que aporta este informe tienen como objetivo reforzar los sistemas actuales de gestión de visitantes, incluyendo medidas para mejorar la protección de estos bienes naturales y culturales clave”, ha declarado Yu-Fai Leung, editor jefe del informe y miembro del grupo especialista en turismo y áreas protegidas de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas (CMAP).
Robyn Bushell, investigadora de la Universidad de Western en Sídney añade: “Hay que dar consejos y ejemplos a los responsables sobre cómo gestionar esta conexión entre turismo y sostenibilidad de una forma positiva”.
La Organización Mundial del Turismo calcula que este sector crecerá a un ritmo del 3,3% anual hasta 2030, generando uno de cada doce empleos a escala mundial.
Menos visitas, menor apoyo institucional
El estudio demuestra también que aquellos lugares donde las visitas a las áreas protegidas han disminuido –como Canadá, Japón y los EE UU–, los parques sufren una reducción de apoyo político y de financiación.
Un ejemplo: entre 1994 y 2012 el número de visitantes a los parques nacionales en Canadá se redujo un 28,7%, “lo que pudo haber contribuido a la decisión del gobierno en 2012 de recortar el presupuesto y el personal de los parques nacionales”, apuntan los expertos.
Asimismo, el texto reconoce también los retos a los que se enfrentan los gestores de estas areas protegidas como el cambio climático, el comercio ilegal de vida silvestre, infraestructuras inadecuadas, así como la competencia de intereses relacionados con los recursos naturales.
“Necesitamos dar oportunidades de forma estructurada para coordinar los beneficios de este turismo. Para ello es fundamental la educación sobre las áreas protegidas y contar experiencias previas, no solo hablar de las oportunidades”, ha concluido Glen Hvenegaard, profesor de la Universidad de Alberta (Canadá).