Científicos británicos han desarrollado un gel que podría prevenir las contracciones dolorosas y desfigurantes de los injertos de piel usados para tratar quemaduras.
Cuando la piel resulta dañada de forma irreparable por quemaduras, se injerta en la zona quemada piel tomada de otras zonas del cuerpo del paciente ―o creada mediante ingeniería tisular―. Aunque a menudo los injertos cicatrizan con éxito, en casi un tercio de los pacientes la piel se encoge significativamente. El proceso es doloroso, incapacitante y particularmente común en niños.
Karima Bertal y sus colaboradores en la Universidad de Sheffield han desarrollado ahora un inhibidor enzimático que puede reducir a la mitad esta contracción y lo han introducido en un gel polimérico biocompatible para extenderlo sobre el injerto. Bertal presentó los resultados preliminares del grupo en la conferencia sobre biomateriales de la Sociedad de Química en Manchester, Reino Unido, a principios de este mes.
Sheila MacNeil, la científica que conduce la investigación, explicó a Chemistry World que actualmente el único tratamiento aceptado para la contracción del injerto es que el paciente lleve prendas compresivas ―ropas extremadamente ajustadas que empujan hacia abajo sobre la dermis para evitar la formación de bultos de tejido contraído―.
Su equipo de investigación encontró que una enzima denominada lisiloxidasa está implicada en el origen de la contracción del injerto, ya que ancla las fibras de colágeno en la capa dérmica profunda de la piel. A continuación identificaron un compuesto que inhibe la enzima, denominado 3-aminopropionitrilo, combinándolo con un gel polimérico biocompatible ideado por el químico Steve Armes, también de Sheffield.
Los ensayos realizados con el fármaco sobre muestras de piel humana fueron un éxito: “Los injertos control se contrajeron a aproximadamente un 60% de su tamaño original, pero [cuando se aplica el fármaco] sólo se contraen hasta un 80%”, explicó Bertal a Chemistry World.
El gel también trabaja como esperaban: “La piel tolera bien nuestro gel polimérico, que libera el fármaco de una forma controlada durante alrededor de 48 horas”, añade.
El grupo ha iniciado ahora el análisis de la combinación entre el fármaco y el gel sobre muestras de piel humana y los primeros resultados se muestran prometedores, comenta MacNeil. “Si tiene éxito, podríamos pasar a la etapa clínica”, comenta.
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