En busca de las claves genéticas que ayuden a luchar contra la obesidad

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que en 2015 habrá 2.300 millones de adultos con sobrepeso y más de 700 millones con obesidad. Este hecho hace que los expertos consideren la obesidad como una epidemia, que tiene su origen fundamentalmente en inadecuados hábitos alimentarios, la genética y el sedentarismo, factores que provocan un desequilibrio entre la ingesta y el gasto de calorías.

En busca de las claves genéticas que ayuden a luchar contra la obesidad
Pedro Prieto-Hontoria, en el laboratorio.

Para frenarla en la actualidad la gran diana de investigación y un desafío para la comunidad científica consiste en identificar los mecanismos genéticos y epigenéticos implicados en la regulación del peso corporal. Por todo ello, se están estudiando diferentes genes implicados en la obesidad, estrés oxidativo y la inflamación. En esta materia trabaja la Nutrigenómica, una ciencia nueva que ayuda a interpretar todos estos avances científicos sobre la interacción de la dieta con la genética.

En este contexto se desarrolla el trabajo de un grupo de investigación de la Universidad de Navarra (Departamento de Ciencias de la Alimentación, Fisiología y Toxicología) dirigido por el catedrático Alfredo Martínez y en el que colabora el investigador segoviano Pedro Prieto-Hontoria. Este equipo abarca el problema de la obesidad desde diferentes vertientes. Una de ellas se refiere al rol de ciertos alimentos, la composición energética de los menús y su implicación en el aumento de peso. Además, estudian su relación con algunos procesos oxidativos en las células.

“En este caso”, aclara el catedrático de Nutrición de la Universidad de Navarra, “los hallazgos realizados indican que la obesidad no sólo se produce por un exceso de calorías, sino también por los procesos de eficiencia energética en los que median las mitocondrias”. El equipo ha profundizado en el origen genético de la enfermedad: “Nos hemos centrado en el papel de algunas moléculas en el estrés oxidativo, en la influencia de los adrenoceptores, los factores de transcripción, los mediadores inflamatorios y las nuevas proteínas en la estabilidad de las grasas y como predictores genéticos del problema”, añade.

Respecto a los avances más inmediatos, Pedro Prieto-Hontoria adelanta que la Nutrigenómica -estudio de enfermedades asociadas con la nutrición y su influencia sobre la expresión de determinados genes-, la Nutrigenética, nutrición personalizada y nuevas tecnologías como la epigenómica y la proteómica “darán un gran salto en las futuras líneas de investigación para prevenir la obesidad o reducirla”. “Secuenciar el genoma de forma rigurosa y personalizada para confeccionar una dieta ideal, será un seguro de vida, pudiendo reducir notablemente la incidencia de diversas enfermedades”, concreta. Pero, “estos avances deben ir acompañados de una educación nutricional desde la infancia”.

Identificar las causas

Otra diana de la investigación es la búsqueda de nuevos biomarcadores que permitan predecir el desarrollo de una patología o la respuesta a un fármaco. Los investigadores destacan que en la actualidad se están llevando a cabo diversos estudios que abordan la obesidad como una causa multidisciplinar y con la prioridad de identificar las dianas terapéuticas y mecanismos biomoleculares asociados con el objeto de identificar las causas y consecuencias de la excesiva ganancia de peso y complicaciones metabólicas relacionadas. Así se llevan a cabo estudios del papel de nuevos compuestos funcionales, genómica del tejido adiposo, investigación de biomarcadores, papel del estrés en la obesidad, y el control dietetico y psicológico.La editorial Thomson Reuters señala al equipo de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Navarra, como el primer grupo europeo y segundo del mundo con mayor número de publicaciones sobre obesidad.

Fuente: DICYT
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