Un equipo de científicos cree haber descubierto la primera evidencia de grafito en la Luna, según publican esta semana en la revista Science. Este grafito se presenta en forma de diminutas agujas en una roca lunar que trajo el Apollo 17, y podría tratarse de una prueba del material carbonáceo que estuvo impactando, tanto a la Luna como en la Tierra, durante el ‘bombardeo intenso tardío’ de hace entre 4,1 y 3,8 mil millones de años.
Hasta ahora los científicos pensaban que las trazas de carbono de la superficie de la Luna procedían del viento solar, pero investigadores del Laboratorio de Geofísica de la Institución Carnegie (EEUU) han detectado y datado carbono lunar en forma de grafito -como el de la mina de los lapiceros- que ha perdurado desde el ‘bombardeo intenso tardío’, un periodo de gran bombardeo de asteroides y otros objetos hace entre 4,1 y 3,8 millones de años aproximadamente.
Los investigadores han encontrado ejemplos de grafito y una forma de grafito enrollado llamada ‘bigotes de grafito’ que sólo podría formarse en reacciones a muy altas temperaturas iniciadas tras un impacto. El descubrimiento también implica que la Luna potencialmente mantiene un registro de la entrada de carbono meteorítico al sistema Tierra-Luna, cuando la vida estaba empezando a surgir en la Tierra.
La investigación, que se publica esta semana en Science, se basa en el estudio de una “breccia de impacto”, una roca mezcla de fragmentos más pequeños que se formaron por los impactos en la Luna.
"El Sistema Solar era caótico, con un sinnúmero de objetos que chocaban hace 3,8 mil millones de años", explica el autor principal, Andrew Steele. "Los compuestos volátiles, como el agua y elementos como el carbono se evaporarían por el calor y los golpes. Estos materiales fueron fundamentales para la creación de la vida en la Tierra. Nuestro equipo analizó rocas lunares recogidas desde el cráter de impacto de Mare Serenitatis, que visitó la misión Apolo 17”.
“En el pasado, los investigadores han tratado de extraer el carbono del material lunar, pero el único identificado definitivamente venía del viento solar. Nosotros usamos una técnica diferente. Miramos finas capas de roca con superficies ‘frecas’ usando una técnica de mapeo denominada espectroscopia de imagen Raman confocal, con la que se identifica los minerales y las especies de carbono, así como la relación espacial entre ellos bajo la superficie de la muestra (la 7222555). Nos sorprendimos mucho al descubrir el grafito y los bigotes de grafito, que no esperábamos encontrar”.
Los científicos descartaron la posibilidad de que el grafito fuera resultado de la contaminación, porque los bigotes de grafito, en particular, se forman en condiciones de mucho calor, entre 1.273 y 3.900 Kelvin. También descartaron que el viento solar fuera la fuente, porque las partículas y los bigotes de grafito eran mucho más grandes que si se hubieran implantado por esa causa.
"Creemos que el carbono detectado vino del objeto que hizo la cuenca de impacto, o que fue condensado del gas rico en carbono emitido durante el impacto”, dice el coautor Francis McCubbin. "La perspectiva más interesante del descubrimiento es que ahora sabemos que la Luna tiene un registro de aquella época y de los materiales que han contribuido al surgimiento de la vida en la Tierra".
"Además, demuestra que las modernas técnicas de resolución espacial se pueden usar para descubrir nuevas sorpresas en la colección del Apolo, que ahora cumple 40 años", comenta Mihaela Glamoclija, otra de las autoras del estudio.
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Referencia bibliográfica:
A. Steele; F.M. McCubbin; M. Glamoclija, M. Fries, L. Kater, H. Nekvasil. “Graphite in an Apollo 17 Impact Melt Breccia”. Science 329, 2 de julio de 2010.
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