Aunque cada año fallecen en el mundo 1,24 millones de personas en accidentes de tráfico, España se encuentra entre los países con mayor seguridad vial, con menos fallecidos en accidente de tráfico por 100.000 habitantes que Francia, Austria, Australia, Bélgica, Canadá o EE UU.
España se sitúa en el duodécimo lugar del mundo, entre los territorios de similar motorización y exposición al riesgo, en fallecidos por cada 100.000 habitantes. El país, con 5,4 fallecidos, está por delante de Francia, Austria, Australia, Bélgica, Canadá o EE UU.
Además es uno de los 28 países que dispone de una legislación adecuada para reducir la accidentalidad viaria basada en los cinco factores de riesgo fundamentales en los accidentes de tráfico: exceso de velocidad, conducción bajo los efectos del alcohol, no utilización del casco en motocicleta, uso del cinturón de seguridad y sistemas de retención infantil.
Estas son algunas de las principales conclusiones que se obtienen en el segundo informe sobre la situación mundial de la seguridad vial 2013, realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que hoy han presentado en España Mercedes Vinuesa, directora general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, y María Seguí, directora general de Tráfico.
El informe en el que han participado 182 países y que aporta datos de 2010, constata que solo uno de cada siete países, entre los que se encuentra España, cuenta con leyes generales de seguridad vial.
Respecto al anterior informe publicado en 2009 –que recoge datos de 2006–, España ha mejorado en el número de fallecidos, ya que ahora se encuentra dentro de los 88 estados del mundo que han reducido esta cifra en las carreteras. Se ha pasado de 4.104 fallecidos por accidente de tráfico en 2006 a 2.478 en 2010, descenso que ha continuado en años posteriores.
Según se recoge en este segundo análisis, los gobiernos están adoptando medidas exitosas para reducir la mortalidad por accidentes de tráfico, pero todavía no son suficientes tal y como demuestra el dato de que cada año en el mundo fallecen 1,24 millones de personas en accidentes de tráfico.
Esta cifra supondría, según la OMS, que de no tomar medidas urgentes los accidentes de tráfico se convertirían en la quinta causa de muerte en el 2030.
Atención a los usuarios vulnerables
En cuanto a los usuarios no motorizados de la vía pública, el informe constata que el 27 % de las muertes por accidentes de tráfico afectan a los peatones y a los ciclistas. En España, este porcentaje no es tan elevado, pero se refleja un aumento del número de peatones y ciclistas fallecidos respecto al número total de fallecidos en accidente de tráfico.
Si en 2006 los peatones fallecidos representaban el 15 % del total de fallecidos de accidentes viarios, en 2010 este porcentaje asciende al 19%. En el caso de los ciclistas fallecidos el incremento es menor, se ha pasado de un 2 % del total de fallecidos en 2006 a un 3 % en 2010.
Estos datos llevan a la OMS a advertir a los gobiernos de la necesidad que tienen de integrar en sus políticas de transporte otras formas de desplazamiento no motorizadas, para que todos los usuarios puedan convivir en la vía y realizar una movilidad segura y sostenible.
El caso de España
España es uno de los 35 países que han promulgado en el periodo 2006-2010 nuevas leyes de seguridad vial. Su cumplimiento ha mejorado respecto al anterior informe, sobre todo en aspectos tales como el uso del casco, el cinturón de seguridad o los sistemas de retención infantil.
Además, el país es uno de los 59 que tienen limitada la velocidad en centros urbanos a 50 km/h o menos. La OMS reconoce que la reducción del límite máximo a 30 km/h en zonas de gran concentración de peatones y ciclistas es una forma eficaz de reducir las lesiones entre estos usuarios de la vía.
En el caso del uso del móvil en la conducción, España cuenta con normativa de prohibición de hablar o manipular un dispositivo móvil mientras se conduce, aunque dicha normativa no incluye hablar con el modo manos libres.