La Comisión Europea ha autorizado esta mañana el cultivo de un organismo genéticamente modificado (OGM), la patata Amflora. Esta autorización se produce doce años más tarde de la última, que se produjo en 1998. A esta aprobación se unen otras decisiones sobre la comercialización para consumo humano y animal de tres productos derivados de maíz transgénico.
Por primera vez en 12 años, Europa ha autorizado hoy un cultivo transgénico. Así lo ha anunciado la Comisión Europea (CE) que lanzará una propuesta antes de verano para dar libertad a los Estados miembro a cultivar o no OGM. Las autorizaciones para el cultivo de transgénicos durarán diez años.
La CE ha adoptado además esta mañana dos decisiones sobre la patata genéticamente modificada Amflora, diseñada por la empresa agroquímica BASF. Por un lado autoriza el cultivo de Amflora en la Unión Europea (UE) para fines industriales (como la producción de papel) y, por otro, permite el uso de productos derivados del almidón de la patata como alimento para animales. Esta decisión pone fin al proceso iniciado en Suecia en enero de 2003, y se basa en conocimientos científicos “rigurosos”.
“Tras un examen completo y en profundidad de cinco casos de OGM que estaban a la espera, me ha parecido evidente que ninguna cuestión científica nueva debía ser más analizada que antes. Todas las cuestiones científicas, sobre todo en cuestiones de seguridad, han sido escrupulosamente examinadas”, ha señalado John Dalli, comisario de Salud y Política de los Consumidores de la CE.
Dalli también ha añadido que esta decisión prevé condiciones de cultivo estrictas para evitar que las semillas de las patatas transgénicas abandonadas en el campo se extiendan accidentalmente en la naturaleza.
El comercio del maíz transgénico
La CE ha adoptado también hoy tres decisiones sobre la comercialización, la importación y la transformación de tres productos a base de maíz transgénico (MON863xMON810, MON863xNK603 y MON863xMON810xNK603 procedentes de la empresa estadounidense Monsanto) para consumo animal y humano, pero no para cultivo.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en sus siglas en inglés) aprobó el pasado 11 de junio de 2009 estos tres productos que también pasaron por un proceso de autorización establecido en la legislación de la UE. La mayor preocupación acerca del consumo de estos productos transgénicos y de la patata Amflora es la presencia de un gen resistente a antibióticos que la EFSA ha asegurado haber analizado con detenimiento.
Sin embargo, a pesar del visto bueno de la CE sobre estos OGM, las organizaciones ecologistas como Amigos de la Tierra, CECU, COAG y Greenpeace han denunciado hoy la autorización del cultivo de este tubérculo, por contener un gen que lo hace resistente a determinados antibióticos, y han pedido la prohibición del cultivo en Europa.
Las ONG han advertido que este cultivo supone “un riesgo inaceptable para la salud de las personas, los animales, y el medio ambiente”. Desde la Organización Mundial de la Salud y la Agencia Europea del Medicamento también han advertido de la importancia de los antibióticos afectados por la patata Amflora porque la presencia de la patata en los campos podría aumentar la resistencia de determinadas bacterias a antibióticos imprescindibles en tratamientos contra la tuberculosis.