Entre el 11 y 12 de febrero se realizó en Asunción (Paraguay) el Foro de Cultura, Ciencia y Tecnología reunió a casi un centenar de expertos en cultura y comunicación científica, que elaboraron una lista de recomendaciones para los ministerios ciencia y educación de los países de la región latinoamericana.
Los expertos discutieron la integración entre cultura y ciencia, la necesidad de respetar e impulsar las diversidades culturales de Latinoamérica, la urgencia por realizar trabajos de infraestructura en algunos países, el impulso al turismo científico y cultural, el papel de la educación en la gestión de una cultura científica, así como la inclusión de las narrativas indígenas y minoritarias en el desarrollo de las sociedades iberoamericanas.
Los conceptos entregados por los especialistas, muchos de ellos divergentes entre sí, fueron contrastados en un ambiente en el que primó un encendido, pero respetuoso, intercambio de ideas.
Uno de los debates más interesantes cuestionó las maneras en que ciencia y cultura son consideradas en nuestras sociedades. Todos los participantes solicitaron que se deje de tomar como válida la separación teórica entre estos dos conceptos.
También se debatió el papel que ocupan las tecnologías de la información y comunicación (TIC) en América Latina. Mientras que algunos ponentes resaltaron la acción transformadora de las tecnologías en las costumbres de la población, otros arguyeron que el acceso a las TIC aún no reviste una verdadera asimilación cultural, ya que buena parte del público todavía no piensa ni decide sobre las consecuencias existenciales que entraña el uso de estas tecnologías.
Participaron expertos en política científica como Carlos Vogt, de la Universidad Estatal de Campinas (Brasil), León Olivé de la Universidad Nacional Autónoma de México, Luis Balbuena, asesor del área de Cooperación Científica de la OEI; Noemí Girbal de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina) Marta I. González, del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC; Juan Carlos Toscano, coordinador del área de Ciencia de la OEI; el consultor venezolano Tulio Hernández y Clara Garí, codirectora del Centro de Creación Contemporánea Nau Côclea, en España.
Carta Cultural Iberoamericana
El Foro de Cultura, Ciencia y Tecnología se realizó en el marco de la Carta Cultural Iberoamericana, cuyo objetivo es favorecer el fortalecimiento de la diversidad interior de los países que la suscriben e idear nuevas fórmulas de coordinación en la expresión internacional de Iberoamérica en materia de cultura, especialmente en asuntos como los derechos de autor, el patrimonio o las industrias culturales.
El documento fue impulsado en sus inicios por la Organización de Estados Iberoemaericanos (OEI), aprobado en la X Conferencia Iberoamericana de Ministros de Cultura en 2007 y adoptado por la Cumbre Iberoamericana de Chile en 2007.
La Carta Cultural es una herramienta de apoyo a la Convención sobre Diversidad Cultural, aprobada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), lo que convierte a la comunidad latinoamericana en la primera región que apuesta por unificar y compartir ideas y valores en un espacio cultural compartido.
El objetivo de esta Carta es favorecer el desarrollo de la diversidad interior de los países que la suscriben e idear nuevas fórmulas de coordinación en la expresión internacional de Larinoamérica en materia de cultura, sobre todo, en asuntos de propiedad intelectual, patrimonio e industrias culturales.
El documento fue impulsado en sus inicios por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura )OEI), aprobado en la X Conferencia Iberoamericana de Ministros de Cultura en 2007 y adoptado por la Cumbre Iberoamericana de Chile en 2007.
Los principios de actuación se recogen en el documento como marco normativo de actuación y resaltan la garantía de los derechos culturales, la participación ciudadana, la cooperación, el desarrollo, la sostenibilidad, la cohesión, la inclusión social y la transversalidad de las acciones.
Plan de Acción de la Carta Cultural Iberoamericana
La XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, celebrada en 2007 en Santiago de Chile, acordó desarrollar políticas públicas culturales como un aporte decisivo a la cohesión social, en consonancia con el Plan de Acción de la Carta Cultural Iberoamericana, aprobado el mismo año en Valparaíso en ocasión de la X Conferencia Iberoamericana de Cultura.
La OEI, como organismo de cooperación impulsor del proyecto y abocado al desarrollo de la educación y la cultura, y la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) como institución que ejecuta los mandatos de las cumbres latinoamericanas, reconocen este documento como un compromiso compartido de cooperación internacional, basado en una visión integral de la sociedad, dada la amplitud y variedad de sus ámbitos de aplicación.
Los Ministros de Cultura reunidos en Valparaíso, Chile en julio 2007, se comprometieron a difundir la Carta Cultural y su Plan de Acción como un instrumento dinamizador de la diversidad cultural y como marco referencial para las acciones de cooperación Latinoamérica.
Cada Estado ha asumido la responsabilidad de aplicar los principios de la Carta Cultural en sus países a través del diseño y aplicación de políticas culturales en el marco de este documento. Los países latinoamericanos presentarán a través de la OEI y de la SEGIB los avances realizados en la próxima Conferencia Iberoamericana de Cultura.
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La desinformación en torno a la DANA, desde hipotéticos cadáveres en un parking hasta teorías de manipulación climática, exponen cómo la desinformación aprovecha las tragedias para erosionar la confianza en las instituciones, amplificar discursos populistas y polarizar la esfera pública.
La tragedia de la DANA en Valencia y en otros puntos de España ha estado acompañada por un aluvión de falsedades que circulan por las redes. La incertidumbre y el temor son un buen caldo de cultivo para que los propagadores de fake news viralicen y moneticen su contenido, a la vez que desestabilizan el sistema, opina Ramón Salaverría, experto en desinformación.
