AZTI-Tecnalia investiga varios remolinos oceánicos de decenas de kilómetros de diámetro ubicados frente a la costa vasco-cántabra, a más de 20 millas de distancia del litoral cantábrico. Se trata de la primera ocasión en que este fenómeno marino, habitual en el golfo de Bizkaia, ha sido analizado desde la superficie hasta 1.000 metros de profundidad, gracias a un vehículo submarino no tripulado y autónomo denominado Glider.
Los remolinos del golfo de Bizkaia se habían estudiado hasta el momento mediante imágenes de satélite, modelos oceanográficos y boyas que derivan con la corriente. Una campaña de AZTI-Tecnalia observa in situ las tres dimensiones del remolino, mediante el uso del planeador submarino Glider, que se desplaza verticalmente en las aguas con una trayectoria en zig-zag.
Durante su estancia en el mar, el vehículo oceanográfico ha remitido vía satélite al centro tecnológico toda la información que iba recogiendo. De este modo, se ha podido observar que estos remolinos alteran notablemente la profundidad de la termoclina estacional, así como la concentración de clorofila y turbidez. Sin embargo, pese a saber que cuentan con una profundidad de más de 1.000 metros, los investigadores no pueden determinar con exactitud su extensión vertical total, ni el lugar en el que se originan.
Para completar la información del Glider, la campaña denominada GESEBB ha contado con dos boyas de deriva que fueron lanzadas al centro del remolino, con el fin de estimar las velocidades de giro de las corrientes generadas por este fenómeno y estudiar su capacidad de retención.
Toda la información servirá a los expertos para determinar cómo afectan estos remolinos a las especies marinas que habitan en aguas pelágicas -las más cercanas a la superficie-. Los científicos estiman que pueden tener un efecto en la ecología marina de la zona, por un lado por la alteración que ejercen sobre la dinámica marina y por otro, por su capacidad de retención de plancton, en el que se encuentran huevos y larvas de diferentes especies de peces que desovan en las proximidades.
La acción de los remolinos
Los remolinos oceánicos son los equivalentes en el mar a las borrascas y anticiclones atmosféricos. Pueden modificar la circulación oceánica general de la zona en que se encuentran y transportar calor, partículas y propiedades biogeoquímicas desde su región de formación. De este modo, los remolinos generados en las zonas costeras y que posteriormente derivan hacia mar abierto, pueden transportar contaminantes, nutrientes y larvas de distintas especies.
Los remolinos estudiados, al girar lentamente, no representan ningún peligro para el tráfico marino y se ubican geográficamente desde la costa hasta 45ºN y entre 2º30’O y 4º30’O. Estas estructuras oceánicas se generan durante el invierno y perduran varios meses. Habitualmente migran hacia el oeste, aunque algunos años, dependiendo de las condiciones oceanográficas, se generan remolinos estacionarios que permanecen durante meses frente a nuestras cosas