Durante el transcurso de sus estudios de doctorado, Stephen Mutoloki examinó las reacciones que el tejido del salmón presentaba a las vacunas basadas en aceites, y determinó que sus componentes desempeñan un importante papel en el desarrollo de estas reacciones.
Las vacunas se emplean en acuicultura para evitar brotes de infecciones bacterianas y víricas. Si se suministran al inicio de la fase de agua marina, las vacunas basadas en aceite ofrecen protección contra las infecciones bacterianas durante toda la vida del animal. Sin embargo, este tipo de vacunas producen efectos secundarios locales en forma de pigmentación y adhesiones entre órganos internos, que en ocasiones pueden ser lo suficientemente graves para reducir la calidad del pescado en el momento del sacrificio. Los mecanismos subyacentes del desarrollo de estos efectos secundarios son poco conocidos.
Stephen Mutoloki descubrió que la reacción a la vacuna, especialmente al componente bacteriano de ésta, se produce en distintas “oleadas”. Estas oleadas consisten en las células que se desplazan al punto de inyección, entre las que se encuentra el “batallón de respuesta rápida” que son los granulocitos neutrófilos. Este batallón precede al “equipo de limpieza”, los macrófagos, que a su vez preceden a las células que en un futuro ofrecerán protección contra la enfermedad: los linfocitos. Esta es la misma secuencia que tiene lugar en una infección natural y que es resultado de la colaboración entre los procesos de inflamación e inmunidad. La agresividad de la reacción en el tejido dependerá de la cantidad de granulocitos que intervengan y del número de células de limpieza que aparezcan.
Las principales conclusiones del trabajo del Dr. Mutoloki son que la eficacia de los procesos de “limpieza” está muy influida por la especie en estudio. La trucha arco iris tiene por lo general unas células de limpieza más efectivas, mientras que las del salmón atlántico son menos efectivas, lo que conlleva una reacción más extendida y duradera en los tejidos. La fase de limpieza también se ve afectada por la composición de la vacuna ya que, mientras menos refinada sea ésta, mayor será el número de células inflamatorias acumuladas y mayor será la reacción del tejido.
El tipo de antígeno de la vacuna también es relevante. Por ejemplo, la Moritella viscosa más difícil de limpiar que la Aeromonas salmonicida. Además, si el pez vacunado emplea más recursos en realizar la limpieza que en crear inmunidad contra futuras infecciones, la reacción del tejidos puede ser demasiado aguda y provocar efectos secundarios no deseados.