Identificada una relación huésped-parásito similar al juego de la ruleta rusa

La ruleta rusa es un juego de consecuencias mortales sujeto al azar, como la estrategia azarosa con que un parásito generalista infecta algas dinoflageladas sin saber cuán susceptibles son estas a su ataque. Un estudio revela por primera vez que el parásito pone en riesgo su vida, como quien juega a la ruleta rusa, al desconocer si sus víctimas resistirán o no a la infección.

Identificada una relación huésped-parásito similar al juego de la ruleta rusa
Alga dinoflagelada de la especie Alexandrium minutum con el parásito Parvilucifera sinerae en su interior. / Elisabet Alacid / ICM-CSIC

Un trabajo liderado por el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, en el que participan tres investigadoras del departamento de Biología Marina y Oceanografía, muestra por primera vez cómo un parásito de algas dinoflageladas ataca al azar a sus huéspedes potenciales, de forma equiparable al macabro juego de la ruleta rusa.

Siguiendo con este símil, la probabilidad de que se dispare una bala equivaldría a si las algas son susceptibles o no a la infección por el parásito. La investigación ha sido publicada en la revista Frontiers in Microbiology.

Cuando en la comunidad domina un huésped resistente, la población de parásito disminuye

“La supervivencia del parásito se determina al azar, como en el juego de la ruleta rusa. El parásito se siente atraído por unas algas a las que atacará sin saber si podrá infectar o no. Un huésped susceptible, equivaldría a que no hubiera bala al apretar el gatillo. En tal caso, el parásito entra en el huésped y se reproduce, es decir, sobrevive. En cambio, encontrar un huésped resistente equivale a disparar la bala: el parásito no puede infectarlo y muere”, dice Elisabet Alacid, primera autora del artículo, e investigadora en el ICM.

La estrategia de infección de los parásitos es una cuestión fundamental para entender su papel en los ecosistemas, pero es un campo todavía poco estudiado. En el mundo de los microorganismos, las especies varían en el grado de sensibilidad al ataque de un parásito: las hay resistentes, poco sensibles, y muy sensibles. Al mismo tiempo, existen los llamados parásitos generalistas, capaces de infectar múltiples especies de huésped, que pueden tener preferencia por unas especies determinadas, pero que también infectan otras que muestren poca resistencia a su ataque.

En este trabajo, los científicos estudiaron el parásito generalista Parvilucifera sinerae y sus huéspedes potenciales, algas microscópicas del grupo de las dinoflageladas. Los investigadores descubrieron que el parásito muestra el mismo grado de atracción por una alga sensible que por otra que no lo es.

Esther Garcés, directora del estudio, indica que esta estrategia de infección hace que los efectos del parásito en el medio puedan ser muy diversos, en función de la abundancia de los huéspedes y de cuán susceptibles sean los mismos. Cuando dominan los huéspedes susceptibles, la infección se transmite con mayor facilidad y aumenta la proporción de parásito, que desempeña un papel clave como estructurador de la comunidad.

"Por ejemplo, cuando la comunidad está formada por dos especies altamente sensibles que compiten por un mismo recurso, el parásito puede hacer que ambas coexistan. Esto sucede si la infección reduce la población del huésped más competitivo, lo que puede favorecer el aumento del huésped menos abundante", explica la investigadora.

Por otra parte, cuando en la comunidad domina un huésped resistente, la población de parásito disminuye. "Sobrevivirá a bajas concentraciones, hasta que sus huéspedes preferidos vuelvan a ser abundantes", añade Garcés.

Cepas más o menos resistentes

Que el alga sea más o menos susceptible a la infección del parásito no sólo depende de la especie a la que pertenece. "Dentro de una misma especie, diferencias en la genética pueden dar lugar a cepas más o menos resistentes a un determinado parásito, de modo similar a lo que sucede con la resistencia a los antibióticos que desarrollan las bacterias", aclara Eli Alacid. "Igualmente, diferentes cepas del parásito también muestran mayor o menor virulencia frente a un mismo huésped", continúa.

Este hecho dificulta el estudio de la relación entre ambos organismos y complica el posible uso de parásitos para controlar episodios de proliferación de algas tóxicas. En algunos casos se ha planteado la liberación de estos agentes generalistas para frenar blooms de algas, pero el hecho de que sean poco específicos puede tener un impacto negativo en otras especies de la comunidad y, en consecuencia, en el ecosistema.

Según Esther Garcés, utilizar un parásito generalista es como hacer una quimioterapia poco específica con la que eliminas células cancerosas, pero también muchas células sanas. "A este hecho hay que añadir que no todas las cepas del parásito serían útiles para controlar un bloom algal, del mismo modo que no todas las cepas de una alga muestran la misma susceptibilidad", concluye la experta.

Referencia bibliográfica:

Elisabet Alacid, Myung G. Park, Marta Turon, Katherina Petrou and Esther Garcés. "A Game of Russian Roulette for a Generalist Dinoflagellate Parasitoid: Host Susceptibility Is the Key to Success. Elisabet Alacid". Frontiers in Microbiology, doi: 10.3389/fmicb.2016.00769.

Fuente: ICM-CSIC
Derechos: Creative Commons
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