Más cerca de la vacuna contra la fascioliasis en ganado

Identificado el mecanismo de ataque de un parásito en las ovejas

Fasciola hepatica es el parásito causante de la enfermedad llamada fascioliasis que infecta a millones de personas al año en países en vías de desarrollo y que causa grandes pérdidas en la ganadería. Científicos de la Universidad de Córdoba han logrado identificar cómo el parásito ataca los sistemas defensivos de las ovejas induciendo la muerte de unos glóbulos blancos. Según el trabajo, este es un mecanismo clave para poder obtener una vacuna completa eficaz.

Identificado el mecanismo de ataque de un parásito en las ovejas
Científicos de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba identifican una oveja en la que observan la patogenia del gusano Fasciola hepatica. / José Pérez Arévalo

Investigadores de la Universidad de Córdoba (UCO) han descrito una ingeniosa vía por la que Fasciola hepatica –causante de la enfermedad llamada fascioliasis– escapa de los sistemas defensivos de las ovejas a las que ataca. El parásito, un gusano plano de unos dos centímetros de largo en su fase adulta, es capaz de programar la muerte de los leucocitos encargados de su neutralización a partir de una especie de ataque preventivo.

“No existe ninguna vacuna comercial frente al parásito y solo hay dos en el mercado frente a otros gusanos parásitos, ninguna de ellas es recombinante”, recuerda

Según el estudio, publicado en Veterinary Parasitology, contemplar esta acción en ovino es clave para la obtención de un cóctel de vacunas completamente efectivo, ya que las ovejas son unas de las víctimas favoritas de este gusano.

En la actualidad, es muy complicado obtener una vacuna eficaz frente a parásitos complejos como Fasciola hepatica, denominado duela del hígado en algunos lugares del norte de España como la provincia de León. “No existe ninguna vacuna comercial frente al parásito y solo hay dos en el mercado frente a otros gusanos parásitos, ninguna de ellas es recombinante”, recuerda José Pérez Arévalo, catedrático de Anatomía y Anatomía Patológica Comparadas de la UCO.

“Este parásito es muy complejo, con un ADN casi tan grande como el de su víctima y muchos mecanismos de interferencia con el hospedador”, explica el científico. Además, es muy escurridizo para los tratamientos preventivos. “El agente ha ido generando resistencia y, para agrandar el problema, los antihelmínticos empleados tienen un periodo de supresión muy largo en el caso veterinario, es decir, ha de pasar mucho tiempo para que se puedan consumir la leche o la carne de los animales tratados”, añade.

La mejor defensa, un buen ataque

El equipo de la UCO ha descrito por primera vez cómo se produce ese ataque preventivo en ovejas. Cuando se aloja en su víctima, el gusano entiende que la mejor defensa es un buen ataque. Por eso, antes de esperar la acción del sistema inmune, lanza una ofensiva. De esta forma, induce la muerte de unos glóbulos blancos llamados eosinófilos mediante un proceso llamado apoptosis. Estas células serían las encargadas de horadar la piel del parásito para debilitarlo y abrir la puerta a que el organismo inicie su eliminación.

Aunque este mecanismo ya se había conocido in vitro con células de ratas, el avance es relevante para la obtención de una vacuna completa. “El parásito está mejor adaptado a los rumiantes como las ovejas y la distancia con los animales de laboratorio es bastante grande”, recalca el experto.

Pérez Arévalo considera que el remedio para reducir la incidencia de la enfermedad debe pasar por una vacuna formada por varias proteínas, denominada cóctel vacunal. “Esta investigación lo corrobora”, asevera. Según su tesis, uno de los ingredientes necesarios en este combinado será emplear las moléculas que el parásito usa en la anulación de los leucocitos. Precisamente, su equipo de investigación persigue ahora identificar esas moléculas también en ovejas y esperan observar pronto los resultados.

El remedio para reducir la incidencia de la enfermedad debe pasar por una vacuna formada por varias proteínas, denominada cóctel vacunal

Esta línea de investigación veterinaria está más avanzada que la de salud pública. De hecho, los clínicos están esperanzados en los avances para la obtención de esta vacuna en rumiantes, porque posiblemente facilite la creación de otra en humanos.

Una prioridad para la Unión Europea

La vacuna para Fasciola hepatica es una prioridad para la Unión Europea. Aunque en el continente no es un problema significativo y los casos de infestación son reducidos (asociados al consumo de berros y marujas silvestres, fundamentalmente), afecta a la cabaña ovina y bovina.

En otras partes del planeta sí es un problema de salud pública, sobre todo en países en vías de desarrollo con zonas húmedas, como Perú o Bolivia. Se estima que causa entre 5 y 17 millones de personas infestadas al año, siendo los niños particularmente susceptibles. En ganadería, los daños económicos son cuantiosos, asociados a la pérdida de animales jóvenes por muerte, o la disminución de fertilidad, producción láctea o cárnica, o los derivados de tratamientos veterinarios.

El daño del gusano va más allá: al debilitar el sistema defensivo de su víctima, virus y bacterias tienen la oportunidad sacar provecho e infectarlo. Además, interfiere en las pruebas diagnósticas, retrasando el tratamiento, como se ha observado con la tuberculosis.

El gusano tiene dos ciclos de parasitación. En un primer término, invade un caracol de agua que vive en pastos húmedos. Al alimentarse los rumiantes de estas plantas, el parásito se aloja posteriormente en su víctima definitiva. Allí pasa desde el intestino al hígado, donde es muy patogénico, causando anemia y fallo hepático. Precisamente los seres humanos infestados lo son generalmente por el consumo de vegetales sin aplicar una serie de medidas higiénicas.

Referencia bibliográfica:

A. Escamilla, M.J. Bautista, R. Zafra, I.L. Pacheco, M.T. Ruiz, S. Martínez-Cruz, A. Méndez, A. Martínez-Moreno, V. Molina-Hernández, J. Pérez. "Fasciola hepatica induces eosinophil apoptosis in the migratory and biliary stages of infection in sheep". Veterinary Parasitology 216: 84-88 30 de enero de 2016

Fuente: UCO
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