Domingo Blanco Parmo, profesor Titular de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Zaragoza y coordinador del Grupo de Alimentos de Origen Vegetal ha avanzado la actividad farmacológica-medicinal de las setas en una conferencia del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA).
Investigadores del Grupo consolidado de investigación en Alimentos de Origen Vegetal, que lidera Domingo Blanco Parmo, investigador de la Universidad de Zaragoza, junto con investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), ponen de manifiesto que en una muestra de 50 especies diferentes de setas, más del 60% poseían propiedades antimicrobianas.
“No existe una tradición científica española en la búsqueda de componentes activos en las setas. Parece que la micología tiene como base principal el estudio e identificación de las especies, lo que se denomina taxonomía, pero es mucho más. Es necesario profundizar en las propiedades antimicrobianas de las setas”, sentencia Domingo Blanco.
Desde el citado grupo consolidado de investigación en Alimentos de Origen Vegetal, dirigido por Rosa Oria, hay distintas líneas de investigación centradas en los hongos. Así, en los estudios que se ocupan de la conservación de especies, figuran proyectos de conservación de la trufa negra en Aragón y estudios de principios microbianos en setas. Así, este grupo investiga en la caracterización microbiológica de setas, y actualmente se centra en las propiedades antimicrobianas y la búsqueda de antioxidantes en hongos hipogeos, que son los hongos subterráneos que, como en el caso de la trufa, viven asociado a las raíces de ciertos árboles.
Usos medicinales ancenstrales
Desde hace cientos de años se sabe de los usos medicinales de las setas, tal como constatan las culturas micófagas de países como Japón y China, donde existe una gran tradición en profundizar y ampliar los conocimientos sobre los hongos en general. Tanto es así que desde 1936, se han impulsado estas investigaciones, al crearse en esta fecha un instituto de investigación centrado exclusivamente en las propiedades medicinales de las setas en Japón.
“La penicilina fue resultado de un hongo. En cambio, apenas se estudia o investiga de los usos medicinales de las setas, a pesar de que están demostradas sus propiedades anticancerígenas y que potencian el sistema inmunitario frente a posibles enfermedades”, explica Blanco.
“España está a la cola de los países que investigan y apuestan por saber más sobre cómo utilizar estas propiedades curativas de las setas”, argumenta Blanco, quien cita a EE UU, Japón y China como "las naciones de referencia en este tipo de investigaciones".
“Nuestro país cuenta con un extenso patrimonio”, concreta el experto, ya que hay más de 3.000 especies de setas catalogadas. Pero todavía parece que la comunidad científica no es consciente de la importancia de “no perder ese patrimonio genético, que es una fuente sin explotar”, con una enorme importancia ecológica, porque según los expertos: por cada especie vegetal hay 5 ó 6 especies de hongos. “Esta riqueza micológica es sinónimo de una gran cantidad de principios activos”, subraya.
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Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA).