La aplicación de nuevos materiales se produce habitualmente en campos como la biomedicina o la construcción. No obstante, hay otros sectores donde su utilización supone una buena oportunidad de negocio. Es el caso del material deportivo, un campo en el que han decidido iniciar un proyecto emprendedor los hermanos Víctor y Miguel López Lopéz, ambos ingenieros de la Universidad de Valladolid. Su proyecto se centra en la fabricación de palas de piragüismo con CFRC (siglas de Composite Reforzado con Fibra de Carbono).
La iniciativa surge de su afición a este deporte, ya que los dos lo practican desde hace 10 años e incluso han participado en competiciones nacionales, y de la estancia de Víctor López en un laboratorio alemán dedicado al estudio de los composites de fibra de carbono para completar su proyecto fin de carrera. Allí, se dio cuenta de que el material que se empleaba en la fabricación de aeronaves o de vehículos de Fórmula 1 podría tener cabida en el mundo del piragüismo.
“Durante 10 meses me dediqué a investigar el composite reforzado con fibra de carbono. Aprendí como son estas láminas y realicé diferentes ensayos, como el de la fractura interlaminar, cómo se propaga una grieta cuando el esfuerzo al que sometemos al material es perpendicular a la propagación”, explica. El composite es una mezcla entre resina, epósica y fibra de carbono al que se le añaden unos aditivos que buscan mejorar esa resistencia interlaminar.
Tras testar diferentes compuestos, el proyecto fue presentado en 2009 y obtuvo el premio de Desarrollo e Innovación de la Universidad de Valladolid en la categoría de Ingeniería Industrial e Ingeniería Química.
Sistema innovador
De este estudio surgió la posibilidad de emplear el composite para la construcción de remos, un producto que en la actualidad se fabrica mediante un sistema “artesano”. “Podemos aportar cierta innovación a lo que actualmente hay en el mercado, utilizando un tipo de material que se denomina prepeg y que tiene la ventaja de poder orientar las fibras en la dirección que va a soportar más esfuerzos. En el caso de la pala de piragüismo tiene unos parámetros longitudinales mucho mayores que los transversales, de forma que si conseguimos orientar las fibras a estos parámetros, la pala soportará mejor todos los esfuerzos que se hagan en esta dirección y estará optimizada”, detalla el investigador, quien añade que además pesará menos y necesitará menos material.
Asimismo, Víctor López subraya que se aplicará la ingeniería para mejorar el diseño actual. Previo a la fabricación a escala industrial se realizará un estudio pormenorizado basado en simulaciones por computador, lo que permitirá crear un primer prototipo. Del mismo modo, se estudiarán las propiedades físicas de la pala que influyen en el rendimiento del deportista y se tratará de mejorar la parte hidrodinámica, para que todo el esfuerzo se emplee en avanzar y no en desalojar agua.
En este sentido, considera que la I+D+i aplicada al proceso manufacturero de las palas es la mayor oportunidad que presenta la empresa, lo que deriva, a su juicio, en la generación de un producto de valor añadido y posibilita acceder a ayudas públicas para el fomento de la investigación.
Plan de empresa
La idea de los emprendedores es asentarse en el mercado nacional, en concreto entre los piragüistas españoles que practican en aguas tranquilas a nivel de competición en las modalidades de kayak y canoa, tanto deportistas de alto nivel como aficionado. En el primer caso el remo empleado es de dos hojas y el deportista rema sentado por ambos lados de la embarcación; mientras que en el segundo se utiliza una pala de una sola hoja y el deportista rema de rodillas por un solo lado de la canoa.
El siguiente paso será “investigar más y planificar bien la idea de negocio y el plan de empresa”, reconoce Víctor López. Aunque se muestran cautos, en un futuro esperan crecer y expandirse internacionalmente, así como usar el conocimiento adquirido para entrar en otros sectores. De este modo, a largo plazo planean convertirse en proveedores del sector aeronáutico.