El estudio se publica en ‘Naturwissenschaften’

La Antártida fue un refugio climático durante la mayor extinción de la Tierra

El calentamiento global pudo haber producido la mayor extinción masiva conocida en la historia de la Tierra, hace 252 millones de años. Pero el hallazgo de una nueva especie fósil por científicos alemanes y estadounidenses sugiere que algunos animales terrestres podrían haber sobrevivido a esta extinción al vivir en climas más fríos como la Antártida.

La Antártida fue un refugio climático durante la mayor extinción de la Tierra
Ilustración de Kombuisia antarctica en la Antártida. Gráfico: Jörg Fröbisch / Kenneth D. Angielczyk / Christian A. Sidor.

Los investigadores del Museo Field en Chicago (EEUU) y de la Universidad de Washington (EEUU) han identificado un pariente lejano de los mamíferos, el Kombuisia antarctica, que parece haber sobrevivido a la extinción masiva de hace 252 millones de años al vivir en la Antártida.

La nueva especie pertenece a un grupo mayor de parientes de los mamíferos ya extintos, los llamado anomodontos, que estaban muy extendidos y que eran los herbívoros dominantes de su época. Sin embargo, “el Kombuisia antarctica, del tamaño de un pequeño gato doméstico, era considerablemente diferente de los mamíferos actuales. Es probable que pusiera huevos, que no amamantara a sus crías y que no tuviera pelaje, y no es seguro que fuera de sangre caliente”, explica Kenneth D. Angielczyk, uno de los autores del estudio y responsable adjunto de Teriología en el Field Museum.

Según el estudio, que se publica ahora en la revista alemana Naturwissenschaften, el Kombuisia antarctica no era un antepasado directo de los mamíferos vivos, pero estaba entre los pocos linajes de animales que sobrevivieron en una época en la que la mayoría de las formas de vida pereció.

Un refugio para Kombuisia antarctica

Aunque se siguen discutiendo las causas de la extinción de finales del Pérmico, los científicos consideran que podría estar relacionada con erupciones masivas en Siberia que provocaron el calentamiento global. “Cuando sirvió de refugio, la Antártida estaba situada un poco más al norte de su actual ubicación, era más cálida y no estaba cubierta de glaciares permanentes”, explican los investigadores.

Es posible que el refugio de Kombuisia en la Antártida no fuera resultado de una migración estacional, sino de un cambio a largo plazo que movió hacia el sur el hábitat del animal. Las pruebas fósiles sugieren que los animales de tamaño pequeño y medio tuvieron más éxito que los animales más grandes a la hora de sobrevivir a la extinción masiva, y que entraran en un estado de hibernación o letargo o se refugiaran en madrigueras para sobrevivir en un entorno difícil.

Los trabajos previos de Jörg Fröbisch, otro de los autores del trabajo e investigador en el Museo Field, basados en fósiles encontrados en Sudáfrica en el Período Triásico (hace más de 205 millones de años) que eran parientes de los animales que vivían en la Antártida, ya predecían la existencia en esa época de animales como el Kombuisia antarctica.

“El nuevo descubrimiento llena un vacío en el registro fósil y contribuye a un mejor entendimiento de la supervivencia de los vertebrados durante la extinción masiva de finales del Pérmico desde un punto de vista geográfico, así como también ecológico”, declara Fröbisch.

Los investigadores encontraron los nuevos fósiles entre especimenes recogidos hace más de 30 años en la Antártida y que forman parte de una colección del Museo Americano de Historia Natural. “En el momento en que se recogieron los fósiles, los paleontólogos que trabajaban en la Antártida se centraban en la búsqueda de pruebas de la existencia de un supercontinente, Pangea, que más tarde se fragmentó para convertirse en masas de tierra separadas”, apunta Angielczyk.

Los fósiles recogidos en la Antártida proporcionaron algunas de las primeras pruebas de la existencia de Pangea, y un análisis más profundo de éstos podría mejorar el conocimiento de los hechos que sucedieron hace 250 millones de años. “Encontrar fósiles en las condiciones extremas actuales de la Antártida es difícil, pero merece la pena”, manifiesta Angielczyk.

Fuente: SINC
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