La cueva virtual de Santimamiñe

Virtualware ha materializado en una maqueta virtual los 450 m de la cueva original de Santimamiñe –repartidos en 10 salas conectadas- con un altísimo detalle y una precisión absoluta, con un mínimo margen de error de 5cm en todo el recorrido. Para ello se ha basado en un escaneado de la cueva y en la toma de fotografías digitales de alta definición, de donde ha obtenido un modelo completo en tres dimensiones de todo el espacio.

La cueva virtual de Santimamiñe
Interior de la cueva de Santimamiñe

Virtualware ha materializado una maqueta virtual de los 450 m de la cueva original de Santimamiñe –repartidos en 10 salas conectadas- con un altísimo detalle y una precisión absoluta, con un mínimo margen de error de 5cm en todo el recorrido. Para ello se ha basado en un escaneado de la cueva y en la toma de fotografías digitales de alta definición, de donde ha obtenido un modelo completo en tres dimensiones de todo el espacio. Sobre este modelo se ha completado la cueva virtual, trabajando los colores, las sombras, las texturas, la iluminación e integrando todos los elementos de Santimamiñe. Con esta recreación, ha desarrollado la aplicación y la instalación que permite recorrer la cueva al completo, moviéndose por su interior, donde podrá acceder de forma interactiva a la información referente a cada punto de la visita.

Una propuesta innovadora

Virtualware es una firma que nace hace 5 años para desarrollar soluciones en Tecnología de Realidad Virtual aplicadas a diversos campos de actividad y que ha intuido desde hace tiempo la potencialidad de esta tecnología para responder a una gran necesidad no resuelta en el campo del patrimonio: difundir su riqueza sin dañar su integridad física.


Dentro del proyecto global de gestión de la cueva de Santimamiñe, el apartado de su difusión presentaba no pocos problemas, ya que era imprescindible mantener su cierre para garantizar su conservación y la realización de las intervenciones necesarias encaminadas a recuperar las carencias del conjunto monumental. Se trata, al mismo tiempo, de una situación a la que se enfrentan entidades y administraciones de toda Europa, derivada del deterioro provocado por la explotación de sus recursos turísticos, y a la que se está intentando dar respuesta con diversas alternativas.


En el caso de las cuevas, la única solución aplicada hasta la actualidad ha sido la realización de réplicas físicas exactas a las originales. Una alternativa que cuenta con importantes inconvenientes: son muy costosas de realizar, necesitan un determinado espacio físico para su representación, no son soluciones escalables a futuro, requieren mantenimiento, sin capacidad de movilidad…


La propuesta de Virtualware de realizar una representación virtual completa de la cueva en tiempo real, en una pantalla estereoscópica de gran tamaño, soluciona todos los problemas que presentan las maquetas físicas y les añade un componente de innovación y espectacularidad que en sí mismo constituye un gancho turístico.

La propuesta de Virtualware para la difusión de este importante recurso de nuestro patrimonio consiste en visitas virtuales en tiempo real que se llevan a cabo dentro de la ermita de San Mamés. A través de una completa instalación de dispositivos visuales y sonoros, en una enorme pantalla estereoscópica, de 3,5 metros de anchura y 2,5 metros de altura, el visitante se coloca unas gafas y recorre una cueva virtual exacta a la original, conducido por un guía que interactúa en ella dirigiendo el grupo a las distintas salas para mostrar en cada una todos los elementos de interés. La espectacularidad de la visualización, la interactividad de todo el recorrido y el sonido envolvente producen una sensación impresionante.

Todo un reto tecnológico

Virtualware ha digitalizado y modelado toda la cueva, con el reto tecnológico de conseguir un correcto equilibrio entre el enorme volumen de datos de partida y las limitaciones de procesamiento en tiempo real existentes en la actualidad.

Durante 6 meses, en un total de 6.000 horas, el equipo de Virtualware ha realizado las diversas fases de un proceso técnicamente muy complejo: en primer lugar, la toma de datos en campo, que incluye el barrido con un scanner láser 3D de altísima precisión del espacio original y la realización de más de 1500 fotografías digitales de alta definición, obteniendo 6.000 millones de puntos de información de la cueva. Además, se han utilizado mapas geomorfológicos aportados por un gabinete geológico, el inventariado de la DFB con la información de la cueva, calcos de todo el arte rupestre, sonidos ambientales obtenidos in situ, o videos.

En segundo lugar, la generación del modelo virtual, analizando y procesando toda la información disponible, trabajando sobre ella la luz y el color en un modelo poligonal de millones de triángulos sobre el que se aplican las texturas fotorrealísticas y la iluminación. Después, el desarrollo de la aplicación con la que se puede recorrer en tiempo real la cueva: el movimiento de la cámara, la inserción de la información multimedia de la visita. Y en cuarto y último lugar, el diseño, la instalación y el montaje del sistema de visualización y sonorización, para una pantalla estereoscópica de gran magnitud -3,5m x 2,5m- ubicada en el centro de interpretación.

La recreación virtual de la cueva constituye el elemento clave de esta novedosa solución, y el aspecto más complejo de la misma, a diferencia de otras opciones similares que se aplican hoy para la difusión del patrimonio.

Fuente: Virtualware
Derechos: Copyright
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