La formulación de ecuaciones ayuda a corregir la desertización

Un equipo de investigadores del campus de Palencia de la Universidad de Valladolid, encabezado por Andrés Martínez de Azagra Paredes, trata de combatir la desertización mediante un proceso que han bautizado como oasificación y cuyo desarrollo se está realizando en varias líneas, entre ellas, una basada en la formulación de ecuaciones que permitan saber cómo mejorar la infiltración de aguas.

Andrés Martínez de Azagra Paredes.
Andrés Martínez de Azagra Paredes.

Andrés Martínez de Azagra es profesor de la Unidad Docente de Hidráulica e Hidrología de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de Palencia y ha sido él quien ha propuesto el concepto oasificación, como antónimo de desertificación o desertización por aridez edáfica. Se trata de densificar y lignificar la cubierta vegetal, o revertir el proceso de degradación hídrica, edáfica y botánica que padece una ladera, mediante una correcta preparación del suelo e introduciendo las especies vegetales adecuadas.

La investigación comenzó en 1994, durante todos estos años tanto Andrés Martínez de Azagra Paredes como sus colaboradores, han trabajado en la creación de nuevas técnicas para combatir esta problemática, entre los que se encuentra el diseño de modelos para capturar agua para las repoblaciones forestales estableciendo cálculos a través de programas informáticos, y prediciendo disponibilidades hídricas de una ladera a través de ecuaciones matemáticas. Según explican, los ecosistemas secos ocupan el 41'3% de la superficie terrestre y en ellos viven el 34'7% de la población mundial.

En las últimas décadas la degradación de estos ecosistemas, en parte exacerbada por sequías extremas, ha alcanzado niveles alarmantes, sobre todo por sus consecuencias sociales de pobreza y de migración. Una tercera parte de la superficie terrestre está amenazada por la desertificación. “Un ecosistema esta predispuesto a ser desertizado cuando tiene una baja capacidad de absorber agua. El factor desencadenante de una desertificación suele ser una precipitación intensa, que es más probable cuanto más deteriorado esté".

Infiltración

La infiltración es el componente principal del ciclo hidrológico y regula los flujos y destinos del agua de lluvia en la Tierra. Es la que posibilita la vida a las plantas (y con ello a toda la biodiversidad que albergan dichas plantas), es la que alimenta los acuíferos y manantiales, la que controla la escorrentía, la que atenúa o acentúa la erosión hídrica. Está muy poco estudiada por ser muy difícil de medir. Se suele obtener a partir de mediciones indirectas. Presenta una fuerte variación a nivel espacial, de unos sitios a otros, requiere de grandes cantidades de agua en cada ensayo (experimento), varía mucho según se mida en terrenos secos o húmedos y precisa de simuladores de lluvia para obtener valores reales.

La modificación del ciclo del agua por reducción sustancial de la infiltración genera, en un principio, un cambio del microclima en el lugar donde se haya producido la impermeabilización del terreno, siendo este otro síntoma del cambio climático. “La oasificación, término opuesto al de desertificación, persigue revegetar un terreno degradado aprovechando su propio deterioro, recolectando el agua, el suelo y los nutrientes que tiende a perder en los lugares donde más interese, es decir: en donde se vaya a realizar la plantación o siembra. Ésta es la mejor manera de revertir el temido proceso de la desertificación.

"Oasificar supone combatir la escorrentía, promover la infiltración; por el contrario, inducir la escorrentía desertiza un territorio”, explica Andrés Martínez de Azagra. Este conjunto de procesos son realizados de forma natural por los ecosistemas, mediante acumulación de hojarasca.

Modipé

El grupo de investigadores palentinos ha conseguido ya plasmar alguna de sus investigaciones en aplicaciones concretas como es el caso de la herramienta informática Modipé, una aplicación que permite modelar la recolección de agua. Esta herramienta es útil en entornos muy extensos ya que permite ajustar las necesidades de cada zona. Así, por ejemplo, la restauración de una ladera, suele requerir mucho tiempo (más de 100 años en climas áridos y semiáridos) y también en el sector agrícola y forestal se han venido realizando labores tradicionales que propician este proceso: perfilado de microcuencas, acaballonados, aserpiados, abancalados, etcétera. Sin embargo, esta herramienta, permite ajustar el proceso.

Fuente: DICYT
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