Consiste en la exposición sucesiva y controlada al alérgeno sensibilizante

La inducción oral logra muy buenos resultados en las alergias a leche y huevos

El Servicio de Alergología del Hospital Universitario Quirón de Madrid realiza un tratamiento innovador para lograr la tolerancia a leche y huevo en pacientes a partir de los cuatro años de edad que no han conseguido superar esa alergia de manera espontánea, como suele suceder en la mayoría de los casos. La técnica, conocida como Inducción Oral de Tolerancia a Alimentos (Specific Oral Tolerance Induction o SOTI), consigue que los niños empiecen a tolerar el alimento después de 9 a 12 semanas de terapia.

Terapia de Inducción a la Tolerancia de Alimentos

El Servicio de Alergología del Hospital Universitario Quirón de Madrid realiza un tratamiento innovador para lograr la tolerancia a leche y huevo en pacientes a partir de los cuatro años de edad que no han conseguido superar esa alergia de manera espontánea, como suele suceder en la mayoría de los casos. La técnica, conocida como Inducción Oral de Tolerancia a Alimentos (Specific Oral Tolerance Induction o SOTI), consigue que los niños empiecen a tolerar el alimento después de 9 a 12 semanas de terapia.

Entre un 2 y un 10% de la población padece alergia a alimentos. “No se sabe por qué unos niños padecen alergia y otros no. Empiezan a tolerar el alimento y en un momento dado el cuerpo lo rechaza, y empieza a crear anticuerpos hasta que ya no lo tolera”, explica Ana Pérez Montero, jefa de Servicio de Alergología de Quirón Madrid que lidera este tratamiento en el centro.

Los expertos utilizan la inducción artificial oral a alimentos, que consiste en la administración de dosis mínimas progresivamente crecientes del alimento, para lograr que el paciente supere su alergia.

Principalmente, esta inducción se realiza en niños mayores de 5 años que no han logrado tolerar el alimento de manera espontánea, como suele ocurrir en la mayoría de los casos.

La terapia se realiza en dos entornos: el hospitalario y el domicilio del paciente. Primero, el paciente debe acudir al hospital para que el especialista le administre una dosis del alimento al que tiene alergia.

“Ese alimento que ha tolerado, debe tomarlo todos los días en su domicilio”, detalla Pérez Montero.

Después, el paciente visita el hospital una vez a la semana para incrementar la dosis de alimento hasta que se alcance la ración que los niños pueden tomar: si es leche unos 200 mililitros al día y si es huevo, entre 2 y 3 huevos a la semana.

En torno a las 9 y 12 semanas de haber iniciado el tratamiento los niños empiezan a tolerar el alimento.

“El huevo parece mostrar más resistencia, aunque entre un 90 y un 100% de los casos realizados han sido exitosos tanto en leche como en huevo. Así se facilita la vida a los padres y a los niños sin que estén con la preocupación constante de observar los alimentos y las etiquetas, en las que a veces no vienen detallados los ingredientes”, matiza.

Cuidado con las reacciones alérgicas

Es muy importante que durante la aplicación del tratamiento y hasta dos horas después se observen las posibles reacciones alérgicas. Por eso, es esencial que en el centro hospitalario donde se lleve a cabo haya una UCI pediátrica a la que se pueda trasladar a los niños en los casos que se requiera.

Hasta la llegada de este tratamiento, lo habitual era eliminar el alimento problemático de la dieta, educar al paciente y a su entorno sobre ello, reconocer las reacciones alérgicas a los alimentos y tratarlas inmediatamente. De esta manera, se limita la vida del paciente alérgico, quien no deja de verse expuesto a una ingesta accidental del alimento pudiendo sufrir desde urticarias o angiodemas a cuadros de shock, ataques de asma o incluso anafilaxia.

Fuente: SINC
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