Un estudio en Gambia revela que las pacientes que han sufrido una mutilación genital tienen una probabilidad más alta de desarrollar problemas crónicos como dismenorrea, dolor vulvar o vaginal, cicatrización anómala y problemas sexuales. Además, poseen cuatro veces más riesgo de sufrir complicaciones durante el parto.
Una investigación realizada en Gambia alerta de las complicaciones durante el parto y para el neonato de la mutilación genital femenina (MGF). El estudio ha sido liderado por la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB), en colaboración con la ONG Wassu Gambia Kafo y la Obra Social "la Caixa”,
Los datos se recogieron en 588 pacientes, mujeres que habían sido atendidas en centros de salud de la región occidental de Gambia con motivo de cuidados prenatales o para el parto y que habían sido mutiladas o no.
El trabajo revela que las pacientes con MGF (75,6 % de las mujeres examinadas) tenían una probabilidad más alta de tener problemas crónicos como dismenorrea, dolor vulvar o vaginal, cicatrización anómala y problemas sexuales. Además, las mujeres mutiladas tenían cuatro veces más probabilidad de sufrir complicaciones durante el parto.
Asimismo, el recién nacido tenía cuatro veces más probabilidad de sufrir complicaciones si su madre tenía la MGF practicada, lo que demuestra por primera vez la magnitud de sus consecuencias sobre las complicaciones del parto y la salud del recién nacido en el país africano.
Estos resultados clínicos han sido requeridos por la vicepresidenta de Gambia para sensibilizar a los líderes religiosos y parlamentarios y promover, con base científica, un camino hacia la promulgación de una ley que prohíba la MGF en el país.
Anteriores trabajos de prevención
Desde 2010 y a través de la misma ONG, se desarrolla en el país un Plan Nacional de Prevención y Atención de la mutilación genital femenina (MGF), implementado a través del propio Ministerio de Salud del país y agencias de Naciones Unidas (UNICEF, OMS y UNFPA).
Este plan se basa en la investigación clínica y cualitativa, realizada en Gambia desde el año 1989 bajo el paraguas de la UAB, que ha proporcionado información valiosa sobre la percepción de la MGF por parte de los/as profesionales gambianos/as así como sobre las complicaciones médicas relacionadas con la MGF.
En este marco, se ha formado a más de 1.500 profesionales de la salud sobre las consecuencias de la práctica, su manejo y prevención. Entre ellos, se cuentan profesores y estudiantes de la Facultad de Medicina, del programa de Medicina Comunitaria, Escuelas de Enfermería y Obstetricia y profesionales de la salud en activo, en todo el país.
El primer balance de esta formación, presentado a través del documental Un futuro sin mutilación, demuestra que la adquisición de conocimientos sobre la MGF, a través de la formación o bien a través de acciones de capacitación, desencadenó un cambio de opinión en estos profesionales, y posibilitó su transferencia en cascada a las comunidades, donde son agentes legitimados.
Así, este cambio de actitud frente a una práctica ancestral, profundamente arraigada y defendida por un 42% de estos profesionales, permitió pilotar en la región del North Bank la metodología, llegando a sus raíces y empoderando de conocimiento a agentes comunitarios como imams, comunicadores tradicionales, comadronas tradicionales y circuncidadoras.
Sobre la mutilación genital
La MGF es una práctica tradicional perjudicial que afecta a 140 millones de mujeres y a más de tres millones de niñas al año en el África Subsahariana. Pero el problema se traslada también a España, donde residen un gran número de mujeres inmigrantes de países como Gambia –con una prevalencia de MGF del 76,3%– que elevan significativamente la tasa de fecundidad del país europeo.
Esta práctica comprende todos los procedimientos que, de forma intencional y por motivos no médicos, alteran o lesionan los órganos genitales femeninos y presenta consecuencias negativas, inmediatas y a largo plazo para la salud de las niñas y mujeres.
De acuerdo al mapa de la MGF en España, elaborado con datos censales actualizados en 2009, se estima que en España viven más de 10.000 niñas en riesgo de ser sometidas en los próximos años a esta clase de mutilación. Estas niñas son mayoritariamente de nacionalidad nigeriana, senegalesa, gambiana y guineana y viven principalmente en Cataluña, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, Canarias, Aragón, Islas Baleares y País Vasco.
La metodología empleada en España, de manera similar a la metodología utilizada en Gambia, se basa en el hecho de que los/las profesionales de atención primaria ocupan un lugar clave en la prevención y detección de las MGF. Los servicios de salud, escuelas y servicios sociales, por sus características de proximidad, accesibilidad y universalidad, constituyen el espacio idóneo para permitir la aproximación a este reto intercultural que plantean las nuevas ciudadanías en el país.
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