La Administración Nacional del Espacio de China ha informado de que las maniobras para desacelerar la sonda que ha enviado al planeta rojo se realizarán “en torno al 10 de febrero” para que pueda insertarse en su órbita y, más tarde, en mayo, enviar un rover a su superficie.
Este martes 9 de febrero está previsto que la sonda Hope de los Emiratos Árabes Unidos entre en la órbita de Marte, y la semana que viene, el día 18, el vehículo Perseverance de la NASA aterrizará en su superficie.
Entre medias, la sonda china Tianwen-1 también llegará al planeta rojo, del que ya ha mandado una primera foto, de momento en blanco y negro, captada a unos 2,2 millones de kilómetros de su objetivo por una de sus cámaras.
La misión Tianwen-1, que significa ‘Preguntas al Cielo’ por un texto del poeta Qu Yuan (alrededor del 340 al 278 a. C.), se insertará en la órbita marciana “en torno al 10 de febrero” una vez realizadas las correcciones y desaceleración necesarias, según ha señalado la Administración Nacional del Espacio de China (ANEC, o CNSA en inglés) en un comunicado.
Desde que despegó el 23 de julio de 2020 en un cohete Larga Marcha 5 desde el centro espacial de Wenchang (China), la nave, de unas cinco toneladas, ya ha recorrido más de 465 millones de kilómetros. La inserción orbital que se realizará esta semana es una maniobra crucial para la continuación de la misión.
Además de mantener un orbitador alrededor de Marte, el objetivo final es lanzar el próximo mes de mayo un ‘aterrizador’ desde el que, a su vez, saldrá un rover para explorar Utopia Planitia.
Se trata de una gran llanura del hemisferio norte bajo la que se han detectado en el subsuelo grandes cantidades de agua helada, un recurso de interés científico y estratégico para las futuras misiones tripuladas.
Después de que Tianwen-1 ingrese en la órbita marciana, pasará tres meses inspeccionando posibles sitios para aterrizar utilizando una cámara de alta resolución, y preparándose para realizar la arriesgada operación.
Si el ‘amartizaje’ tiene éxito, descenderá el vehículo de exploración –de forma similar a como lo ha hecho otro en la Luna– para operar durante al menos 90 días marcianos (aproximadamente tres meses en la Tierra).
En conjunto, la misión estudiará aspectos científicos como la estructura geológica de Marte, la distribución del agua helada en su superficie, la ionosfera y el clima del planeta rojo, sin olvidar el salto tecnológico que China quiere dar en la exploración del espacio profundo frente a EE UU.