la investigación aparece en el último número de 'The Journal of Neuroscience'

La tendencia a generar recuerdos falsos, relacionada con la substancia blanca cerebral

Un estudio liderado por el grupo de Cognición y Plasticidad Cerebral del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y la Universidad de Barcelona relaciona las diferencias individuales en la manera de crear nuestros recuerdos con la microestructura cerebral. Según el trabajo, las diferencias individuales en la recuperación de la memoria verdadera y la falsa podrían estar relacionadas con las diferencias en la organización de la substancia blanca del cerebro.

La tendencia a generar recuerdos falsos, relacionada con la substancia blanca cerebral
Visualización de la sustancia blanca. Imagen: Andras J.

A veces recordamos cosas que no nos han pasado nunca. Este fenómeno tiene implicaciones en el ámbito judicial, por las repercusiones que puede tener en las declaraciones de testigos y de víctimas, pero también se puede observar a menudo en situaciones de nuestra vida cotidiana. Uno de los casos más habituales es tener falsos recuerdos de situaciones vividas durante la niñez que creemos recordar porque nuestros familiares nos las han explicado muchas veces.

Por eso, el equipo de investigadores catalanes ha estudiado la estructura de la substancia blanca cerebral, sobre todo la estructura axonal, de 48 personas sanas. Han utilizado una nueva técnica de diagnóstico por la imagen a partir de tomografía por resonancia magnética denominada Diffusion Tensor Imaging (DTI). Antes de hacer la resonancia, los participantes pasaron una prueba de memoria.

Según el primer firmante del estudio, Lluís Fuentemilla, “el hecho más interesante de esta investigación es que muestra que las diferencias cognitivas en la generación de recuerdos falsos y verdaderos están asociadas a diferencias estructurales en la forma como se conectan diferentes zonas del cerebro que se encargan del procesamiento de estas funciones”.

Los autores del estudio que se publica en el último número de The Journmal of Neuroscience han encontrado en sus experimentos que la tendencia a generar recuerdos verdaderos y falsos está relacionada con las diferencias individuales en la substancia blanca cerebral. Es decir, que la tendencia a tener recuerdos verdaderos está asociada a un fajo de substancia blanca (vías axonales que conectan áreas de la corteza cerebral) que une las zonas del hipocampo y el parahipocampo. Todas estas estructuras están vinculadas al recuerdo y al almacenamiento de memorias.

En cambio, la tendencia a generar falsos recuerdos está relacionada con otro fajo de substancia blanca (el fascículo longitudinal superior) que conecta estructuras fronto-parietales. Estas estructuras han sido relacionadas en otros estudios con la falsa memoria.

Las palabras relacionadas inspiran la imaginación

Los investigadores hicieron recordar a los participantes listas de 14 palabras relacionadas semánticamente. Por ejemplo, una lista podía consistir en las palabras “sofá”, “mesa”, “sentarse”, “pupitre”, “balancín”, “piernas”, “taburete”, “madera”, etc. Inmediatamente después de escuchar la lista, el participante tenía que escribir todas las palabras que recordaba.

Después de escuchar todas las listas, se pasaba un cuestionario de reconocimiento en el que se presentaban palabras incluidas en las listas anteriores (por ejemplo, “sofá”), junto con palabras totalmente nuevas (“camisa”) y también palabras que no habían aparecido pero que estaban relacionadas semánticamente con el contenido de la lista (por ejemplo, “silla”). Las personas tenían que decir si la palabra había aparecido o no durante el experimento y cuál era el grado de recuerdo (si la recordaba mucho o poco).

Curiosamente, en el 75% de los casos, los participantes decían que la palabra nueva relacionada semánticamente (tipo “silla”) había aparecido en la lista. Incluso algunos participantes aseguraban haber escuchado la palabra en cuestión.

Este efecto, que ya se conocía con anterioridad, es muy robusto: se llama paradigma de Deese-Roediger-McDermott (DRM) y ejemplifica la maleabilidad de nuestra memoria, cómo el recuerdo se va construyendo de forma progresiva y de cómo es susceptible a las distorsiones o recuerdos falsos. Los investigadores evaluaron la actividad cerebral mediante la técnica de imagen por resonancia magnética para compararla con los resultados obtenidos en el test.

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Referencia bibliográfica:

Luís Fuentemilla, Estela Cámara, Thomas F. Münte, Ulrike M. Krämer, Toni Cunillera, Josep Marco-Pallarés, Claus Tempelmann and Antoni Rodriguez-Fornells. "Differences in True and False Memory Retrieval Are Related to White Matter Brain Microstructure". The Journal of Neuroscience. 8 de julio de 2009; 29 (27).

Fuente: IDIBELL
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