Investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), apuntan a la creación de redes empresariales como elemento que facilitará el proceso de diversificación de las PYMEs. Asimismo, la explotación conjunta de recursos propios y externos en un contexto organizativo apropiado, podría aumentar las posibilidades de éxito en los negocios de empresas con activos limitados.
Junto a la base de conocimientos y recursos específicos de la PYME, el establecimiento de relaciones con otros agentes externos permitirá superar las principales dificultades propias de la diversificación, compitiendo en los nuevos negocios y enfrentándose con los líderes del mercado, incluso en aquéllos donde el tamaño mínimo eficiente es una variable esencial. Todo ello justifica el desarrollo de redes interempresariales, en las que las actividades de la cadena de valor se reparten entre distintos agentes participantes, en función de las competencias esenciales que dominan.
De este modo, la principal hipótesis de investigación de este trabajo dirigido por el Doctor Fernando E. García Muiña, descansa sobre el argumento de que la explotación conjunta de recursos propios y externos en un contexto organizativo apropiado, aumenta las posibilidades de éxito en los negocios diversificados de empresas con activos limitados. Sin embargo, para que una red genere valor en estos procesos y neutralice los riesgos de la diversificación debe presentar una serie de características particulares, que hasta el momento apenas se han estudiado: la especialización de los socios, la complementariedad de los mismos, la flexibilidad de las relaciones, el uso de tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC´s) o la implantación de sistemas de gestión del conocimiento eficientes.
Una red que presente estas características permitirá que la PYME: tenga acceso directo e inmediato a las competencias específicas de los socios, necesarias para competir en el nuevo negocio sin que tenga que desarrollarlas internamente, reduzca los costes y problemas de coordinación y gestión de actividades muy variadas, se apropie de los beneficios de las economías de escala obtenidas a nivel de red global, asuma solo una parte del riesgo del nuevo negocio y mantenga relaciones con socios que presenten altos índices de confianza y compromiso.
El actual contexto económico, caracterizado por entornos cada vez más competitivos, explica que las empresas necesiten identificar y explotar nuevas oportunidades de negocio para sobrevivir. Estos procesos de diversificación conllevan, entre otros desafíos, la necesidad de desarrollar nuevos conocimientos específicos de lento y costoso aprendizaje, la correcta gestión y coordinación de un gran número de actividades o la superación de diferentes barreras de entrada en ciertas industrias. Si bien estos retos siempre exigen un gran compromiso y esfuerzo, las pequeñas y medianas empresas (PYMES), tejido mayoritario en España, son las que presentan mayores dificultades para abordar con éxito este proceso. Este tipo de compañías se caracteriza fundamentalmente por un reducido tamaño, una insuficiencia de recursos financieros y de infraestructuras productivas y comerciales, así como una falta de referencias claras sobre los modelos de negocio de éxito. Tales características dificultan que estas empresas puedan llevar a cabo los procesos de diversificación autónomamente y, por tanto, requieran el desarrollo de nuevas formas de organizar la actividad productiva.
Esta investigación cuenta con el aval y financiación de la Comunidad de Madrid en diferentes convocatorias de investigación competitiva, y ha permitido consolidar un equipo de trabajo constituido por profesores de la Universidad Rey Juan Carlos, que desde 2007 analiza el papel que juegan las redes en la competitividad de las empresas españolas.
Solo para medios:
Si eres periodista y quieres el contacto con los investigadores, regístrate en SINC como periodista.